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Pacto salomónico, bajo la sombra de Lito, en UGT Metal de Cataluña

La profunda división entre los diversos sectores de la Federación del Metal de la UGT de Cataluña ,obligó ayer a forzar un pacto de última hora hasta conseguir una candidatura de consenso tras suspender en tres ocasiones el congreso y que supuso la elección de José Berrio como secretario general de la ejecutiva, en contra de cualquier previsión inicial. El acuerdo fue tomado tras la renuncia al cargo de secretario general por parte de José Álvarez, aliado con la línea oficial de la federación y ante las presiones de los partidarios del presidente de la gestora saliente, Ramón Terrades, que finalmente logró incluir cinco sindicalistas afines a él de un total de 13 que compondrán la nueva ejecutiva del sector.Finalmente, los partidarios del ex secretario general de la Federación Estatal del Metal, Antonio Puerta, que representaba el 18% de los delegados, quedaron excluidos del último acuerdo, a pesar de que el día anterior se habían aliado con Terrades, por lo que se abstuvieron en la votación para la elección de la ejecutiva de la Federación.

El pacto entre los afines a la línea oficial y los denominados terradistas no había sido cerrado todavía a las 14 horas en que se había previsto la clausura del congreso, a pesar de que en la madrugada anterior se habían celebrado interminables reuniones que obligaron a no dormir a los principales dirigentes de cada sector.

Finalmente, sobre las 11.30 de la mañana, el presidente del congreso, José Rubio, que fue elegido el martes gracias a una alianza entre terradistas y puertistas, anunció un receso ante la falta de acuerdo. Posteriormente, a las 14 horas se suspendió el plenario del congreso durante dos horas y de nuevo a las 16 horas se volvió a interrumpir ya que ninguna de las delegaciones había presentado a la mesa las candidaturas que habían sido pactadadas verbalmente, momentos antes, entre los dos sectores.

Intervención de Lito

En las negociaciones para forzar un pacto in extremis intervino directamente en el secretario general de la Federación Estatal del Metal de la UGT, Manuel Fernández Lito, además del propio Terrades y José Álvarez, quien se vio obligado ante las presiones de aquel a renunciar a la secretaría general. Terrades forzó que el candidato a secretario general fuese Berrio y que Álvarez pasara a ser secretario de organización, cargo para que el se había previsto inicialmente el nombre de Antonio Picón, quien finalmente resultó elegido vocal.Los partidarios de Antonio Puerta, integrados en la representación de delegados del Baix Llobregat, que supone el 18% de los cerca de 200 asistentes al congreso, tuvieron conocimiento del acuerdo a través de una emisora de radio, lo que les provocó un gran malestar.

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