El Athlétic resolvió pronto frente al AEK
El Athlétic resbaló hacia la mediocridad según transcurrió el partido, pero hizo el uso adecuado de los dos goles que marcó recién comenzado. La ventaja bilbaína prevaleció porque el AEK se manejó con torpeza, fiel a la línea adusta y desagradable que caracteriza al fútbol griego.La espectacular aparición de los bilbaínos estuvo propiciada por las innumerables carencias defensivas del AEK. Era una debilidad aérea y terrestre, como se puso de manifiesto en los dos goles. El partido llegó a anunciar una de esas goleadas históricas, pero Famelis decidió cambiar el rumbo que habían tomado los acontecimientos.
Famelis, uno de esos jornaleros que se ganan el sueldo enseñando los tacos, cazó a Garitano en una de esas entradas horrendas y terminales. En el medio campo, Garitano se había hecho con la pelota, tranquilo, como acostumbra, con intención de proteger el cuero. Por detrás, Famelis estiró la pierna, transmutada en mazo con tacos, y golpeó. Encontró el tobillo, como pudo encontrar la rodilla, el fémur o el occipicio. El parte médico es conciso y desagradable: fractura del maleolo de la pierna izquierda. Garitano, un interior que remite por sus maneras a Clemente, comienza a conocer el pelaje de los cazadores.
El ataque de Famelis desató las hostilidades mientras se perdía el sentido del juego. Pese al conflicto que se vivía en el campo, el Athlétic se movió con cierta ligereza. La desorientación del AEK permitió algunas internadas de Argote, que se movió con astucia mientras le duraron las fuerzas.
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