Baltazar y Futre se exhibieron ante el Liverpool
J. D. GONZÁLEZ ENVIADO ESPECIAL El Atlético se exhibió ante el Liverpool, sobre todo en un primer tiempo espectacular, aunque después dejó ver algunas deficiencias defensivas por corregir. Maguregui trabaja a marchas forzadas en la construcción de un equipo aguerrido, serio y disciplinado para que Baltazar y Futre exploten su calidad ofensiva en punta. El brasileño y el portugués, que comparten habitación, parecen llamados a reclamar su cuota de estrellato goleador en la Liga española. Los Jugadores del Liverpool estuvieron muy lejos de ofrecer su ya olvidada imagen europea de diablos rojos.
Maguregui ha tardado toda una vida en llegar a dirigir el banquillo de uno de los equipos grandes y tiene prisa por recurierar el tiempo perdido para aprobar su asignatura pendiente. Desde que inició la pretemporada ha sometido a la plantilla del Atlético aunas palizas físicas tremendas porque su filosofía es bien simple: "Mi equipo tiene que estar a tope para el primer partido de Liga. ¿De qué me sirve programar la temporada para alcanzar la plenitud en diciembre o enero, si para entonces algunos equipos ya nos sacan tres o cuatro puntos?".
Así que ante los diablos de Liverpool el Atlético salió echando humo y se convirtió en una auténtica caldera en ebullición de fútbol contínuo. Explotó para ello virtudes propias y se vio favorecido también, sin duda, por la falta de concentración y forma exhibida por su rival.
A primera vista, el Atlético ofrece una imagen sólida, de equipo bien situado sobre el campo con una defensa de cuatro jugadores en línea, en apariencia, pero sutilmente dispuesta para que dos de ellos se alternen en el marcaje a la pareja de delanteros contrarios y uno de los centrales quede atento a colocarse un par de metros por detrás, como líbero clásico para evitar sustos inútiles. Nada de achique de espacios.
La zona defensiva queda protegida. por delante por Luis García, que se convierte en el primer punto de referencia en el centro del campo, con Parra y Orejuela en las bandas -el segundo da la impresión de necesitar más espacio físico- y Futre por delante. El portugués goza así de absoluta libertad de movimientos, se mueve por todas las zonas ofensivas del campo por lo que evita con mayor facilidad cualquier marcaje demasiado pegajoso, y explota su enorme facilidad de regate en carrera con el balón controlado. Su complemento ideal es Baltazar. El brasileño, jugador muy religioso, confirmó que huele el gol con la misma facilidad con la que reza un mínimo de diez padres nuestros cada día. Ayer se le debió olvidar alguno porque sólo marcó tres goles.
El Atlético resolvió así el partido en el primer tiempo y aunque el Liverpool acortó distancias al iniciarse el segundo, un penalti sentenció de manera definitiva el choque. Maguregui pudo permitirse el lujo de conceder descanso a sus estrellas y Jesús Gil se marchó del palco con una satisfacción añadida: recibió la noticia de que el Nápoles había hecho efectivo ayer mismo los 166 millones en metálico del primer pago por el traspaso de Alemâo. Los otros 160 los cobrará en los futuros plazos acordados.
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