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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El BaIlet del Teatro Lírico

Me dirijo a usted en relación con el artículo aparecido en el diario de su digna dirección del pasado domingo día 17 de julio, con el título Fuga de piernas.

Soy un apasionado espectador del mundo de la danza en general y del ballet en particular, y como tal, y en lo que va de verano, he recorrido más de 2.500 kilómetros viendo espectáculos y conviviendo con profesores, directores de compañías y bailarines, y el ambiente que se respira no es ni mucho menos el que indican las articulistas Mercedes Rico y Julia Martín.

No es ni Justo ni ético que se cite una serie de nombres de bailarines para, sin su consentimiento, atacar al actual Ballet del Teatro Lírico Nacional, que, desde mi punto de vista, refrendado por la constatación de los aplausos del numerosísimo público que asiste a sus representaciones, está en franca y positiva evolución.

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Los que de verdad estamos interesados en la danza, y no en la crítica parcial y destructiva, hemos asistido con ilusión al nacimiento y rodaje de la compañía de Víctor Ullate (un ejemplo que para sí quisieran muchos de los países que las articulistas citan) y que representa una salida real para jóvenes bailarines. La tempo

rada de Madrid en Danza, con espectáculos tan meritorios como los de la pequeña compañía Foro's, Guillermina Coll, Carmen Sendra y un largo etcétera, que se ha repetido en Bilbao, Valencia, Granada, Asturias y Vitoria.Tampoco es de recibo citar a Luis Fuentes, Víctor Ullate, Guillermina Coll o Ana Laguna y Nacho Duato, cuando se desconoce, o no se quiere citar, la historia y motivaciones de cada uno de ellos, que en casi todos los casos se remonta a más de 16 años atrás y a los que, en la actualidad, las cosas les van muy bien y precisamente en nuestro país.

Y en cuanto a los "despedidos" o "quemados" en el anterior Ballet Nacional Clásico, es un asunto pasado que nada tiene que ver con la actual situación, en la que extraordinarios bailarines y magníficas personas, como Antonio Castilla, han salido de nuestro país becados para ampliar su formación en danza contemporánea.

Las articulistas citadas deberían saber que en danza, y particularmente en ballet clásico, todo es muy lento. Se necesitan como mínimo siete años de duro trabajo para poder aspirar a algo y algunos años más para formar profesionales. Profundicen ustedes en su información para saber cómo se está enseñando en las

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