La sotana se quedó en Roma.
Desprovisto de su sotana blanca, Juan Pablo II camina por las montñas Dolomitas con un chubasquero, también blanco, con el que se resguarda de la lluvia ole éste su primer día de descanso. El Papa polaco disfruta de unas vacaciones de 10 días en Lorenzago dí Cadore, al norte de Italia, con la práctica de su deporte favorito, el alpinismo. A sus 68 años, el Papa marcha en cabeza del pequeño grupo de ayudantes y agentes de seguridad que le acompañan y a los que ha respondido con un: "No importa, partimos", cuando le dijeron que amenazaba tormenta. Cinco horas de caminata entre pinos y abetos y sobre puentes improvisados, en los riachuelos que recorren los frondosos bosques del Tirol italiano. "Deo gratias", dijo el Papa al ver reaparecer el sol al final de la tarde.
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