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Rowmtree pide a sus accionistas que acepten la nueva oferta de Nestlé

La guerra del chocolate que se ha librado durante dos meses en el Reino Unido y Suiza llegó ayer a un aparente final cuando Rowntree, el fabricante británico, aceptó la nueva oferta de 2.550 millones de libras (unos 510.000 millones de pesetas) realizada por Nestlé. Suchard, el otro contendiente, no ha descartado que vaya a mejorar la oferta, pero expertos financieros suizos lo consideran poco probable.La última iniciativa de Nestlé mejora sustancialmente los 2.300 millones ofrecidos por Suchard, lo que ha llevado a Kenneth Dixon, presidente de la firma británica, a recomendar a su accionariado que vendan: "Creemos que el precio ofrecido ahora es justo y que tanto los accionistas y los empleados van a ganar con el acuerdo alcanzado". Nestlé va a pagar 1.076 peniques por acción, frente a su anterior oferta de 890 y a los 950 de Suchard.

La unión de las dos compañías crea uno de los principales fabricantes mundiales de chocolate y chocolatinas, que Dixon, futuro responsable de la estrategia global de Nestlé en el sector, espera convertir en líder absoluto.

Réplica de Suchard

A partir del momento en que el Gobierno británico anunció su decisión de no someter las ofertas por Rowntree a la comisión antimonopolios, la compañía de York entró en negociaciones con los dos aspirantes para perfilar el mejor paquete. Dixon reconoció ayer que no se le ofreció a Suchard la oportunidad de mejorar el plan de Nestlé antes de que el consejo de administración lo recomendara al accionariado.Suchard ha replicado que no se da por excluido de la puja, pero fuentes bursátiles helvéticas dan poco crédito al comentario. En Londres tampoco se piensa que Suchard vaya a incrementar su anterior oferta y la atención de la City se ha fijado en Cadbury-Schweppes, otro fabricante de chocolatinas, hacia el que Suchard puede volverse si decide ceder ante Nestié y vender su 29,9% de Rowntree, lo que le reportaría unos beneficios de más de 40.000 millones de pesetas.

Suchard se hizo en abril con el 14,9% de Rowntree, lo que provocó angustia en el seno de la compañía, orgullosa de ser una firma independiente y tener sus orígenes en el York, norte de Inglaterra, del siglo XVIII. La posterior oferta pública de adquisición de Nestlé acentuó los temores de los británicos y trascendió al campo político con un debate parlamentario en el que la oposición acusó al Gobierno de poner a las empresas británicas en venta. Más tarde los sentimientos nacionalistas cedieron al pragmatismo y los propios trabajadores pidieron a la dirección que aceptara al mejor postor.

Nestié siguió ayer comprando papel de Rowntree y ahora cuenta con el 23% de la acciones, mientras Suchard sigue siendo el socio mayoritario.

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