José María Gorordo,
alcalde de Bilbao, cogió en brazos, el pasado martes, a una mujer que huía de un hombre que pretendía cobrar con caricias el favor de haberla recogido cuando hacía autoestop. Gorordo se dirigía, en coche, a la universidad del País Vasco, en Leioa, cuando observó que en el vehículo que iba delante se producían movimientos extraños. De pronto, una mujer se tiró en marcha; Gorordo no dudó en salir tras ella, cogerla en brazos y ofrecerle su propio coche para llevarla donde quisiera. La escena, concuerda con la imagen de galán que, entre las mujeres de Bilbao, tiene su alcalde.
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