María Teresa Llorente,

una joven de 15 años residente en Cuéllar (Segovia), se quedó sorprendida al comprobar que, según su nuevo documento nacional de identidad (DNI), había nacido en el año 1937. Su padre, Valentín Llorente, para subsanar el error, se puso en contacto con la comisaría de policía de Segovia, donde le informaron que tenía que pasarse por sus dependencias para tramitar un nuevo DNI. A Llorente no le satisfizo la idea y no dudó en llamar por teléfono al gobernador civil de la provincia, Ramón Berra, a quien le comunicó que podía admitir el error policial, pero no estaba de acuerdo con asumir los gastos que le ocasionaba el trasladarse los 60 kilómetros que separan a Cuéllar de Segovia. Berra ordenó que se trasladasen al domicilio de María Teresa el comisario de policía y dos funcionarios del DNI para tomar de nuevo sus huellas y recoger la documentación del carné, el cual, una vez tranútado, será entregado en mano por los policías.