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CUARTOS DE FINAL DE LA COPA DEL REY

La Real resistió bien los golpes de Salinas y Futre

El Atlético ofreció anoche precisión y fases de un fútbol espectacular y estuvo a punto de noquear a la Real en su primer asalto copero. Futre volvió a entusiasmar con otro extraordinario gol y varias carreras sorteando adversarios, lo que va dejando de ser noticia, y a Julio Salinas le dio por tener una noche inspirada y fue aclamado por el sector radical del fondo sur, lo que constituye una auténtica bomba informativa. Pero la Real supo encajar bien los golpes del portugués y el bilbaíno, no perdió nunca el sitio y reaccionó con la seriedad de un equipo que impone respeto aún en las derrotas.

Utiliza la Real un sistema táctico algo heterodoxo, pero que sus jugadores practican con una ortodoxia encomiable. Con Larrañaga como líbero al estilo clásico y Górriz y Gajate en funciones de marcadores del más puro corte tradicional, a partir de ahí se forma un interesante movimiento de cinco peones en la media que desplazan el balón en perfectos triángulos y se despliegan en continuas permutas. Arriba, Loren y José Mari Bakero ejercen de frontones, pero sólo en una sutil apariencia: reciben el balón dando la espalda a los defensas y se giran con enorme velocidad, lo que les permite enfilar en vertical hacia el marco del equipo rival con el balón controlado.

Frente a este sistema, el equipo de Menotti ofreció la calidad y rapidez de Futre, que encarriló el partido con otro maravilloso gol. Con algo así de Futre ya se cuenta casi siempre pero las actuaciones de Julio Salinas -que suele poner nervioso a menudo al mismísimo Jesús Gil- se mueven por cánones parecidos a los de la ruleta rusa. Y a Salinas, ayer, le dio por llevarse de la mesa de juego a todo donostiarra que encontraba por delante, a base de regates marca de la casa, sí, pero también con otros propios de un. estilista del balón. Se mereció los gritos de ¡Julio, Julio!.

El Atlético tuvo también otros factores positivos. Por ejemplo, Eusebio y Abel. La actuación del ex vallisoletano resultó modélica, precisa y con chispazos de calidad que deben hacer ver definitivamente a Menotti -el técnico argentino ya da la impresión de tenerlo bastante claro- que es un lujo inútil tener a este jugador chupando banquillo y utilizándole con cuentagotas. En cuanto al portero, recitó con acierto las primeras lecciones que había ofrecido en los minutos iniciales el maestro Arconada. Abel debe seguir tratando, pese a todo, de mejorar por alto.

Sólo hubo algo negativo en el Atlético en esos momentos en los que Tomás y Arteche -que están realizando una espléndida campaña- se contagiaron del fútbol técnico de sus compañeros y les dio por tocarla atrás como si fueran Alemão o Futre, lo que provocó sofocos entre la hinchada rojiblanca. Arteche se permitió el alarde de un taconazo, muy agradecido por Larrañaga, a quien le llegó el balón. Luego, salvó un gol. Había vuelto a ser el eficaz Artechenbauer de siempre.

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