_
_
_
_

Scotland Yard busca en Londres la 'conexión británica' en el caso

Scotland Yard ha iniciado una investigación en el Soho londinense para tratar de "encontrar pistas" que permitan resolver el secuestro de Melodie Nakachian.La policía española pretende entrar en la conexión británica del caso, pero el responsable de estas investigaciones dice no tener seguridad de que vaya a dar con pruebas fehacientes.

Los detectives de Seotland Yard estuvieron ayer interrogando en el Soho, el barrio de perdición del centro de Londres a antiguos socios, empleados y conocidos de Raymond Nakachian, siguiendo las indicaciones de la policía española, que piensa que los secuestradores de Melodie Nakachian pudieran ser británicos que quieren saldar cuentas con el millonario libanés afincado en la Costa del Sol.

Más información
Nakachian intenta reunir los cinco millones de dólares pedidos por los secuestradores

Uno de los policías españoles señaló ayer, según la BBC, que su estancia en la capital londinense era un intento más para resolver el caso, aunque la investigación no estaba centrada en ningún aspecto concreto.

Raymond Nakachian fue considerado en su día el rey del Soho.

En los últimos años cincuenta y en los primeros de los sesenta su nombre estuvo asociado a locales como el Condor, el Establishment y, con mucha peor fama, La Discotéque.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Desde el momento en que se le prohibió la entrada en el Reino Unido en 1966 -tras ser condenado a una fuerte multa y a 18 meses de trabajos forzados en Japón, en sentencia suspendida, por su implicación en contrabando de oro y diamantesel nombre de Raymond Nash, por el que entonces era conocido el padre de Melodie, se diluye en los bajos fondos londinenses y aparece sólo ocasionalmente en otros paraderos con asuntos poco limpios.

Por aquellos tiempos Nakachian llegó a tener centenares de empleados en Londres y vivía en una mansión de Hampstead.

Los negocios que regentaba eran poco claros y ya entonces llegó a jactarse de que sus conocimientos de kárate le habían permitido salir con vida de un tiroteo que sufrió en Hong Kong.

Sus actividades llegaron a ser discutidas en el Parlamento, donde se definió a La Discotéque como "un conocido centro para jóvenes drogadictos". Nakachian negó vehementemente que tuviera nada que ver con el narcotráfico y pretendió probarlo con actos: un camello sorprendido con droga en el interior del local fue apaleado de tal modo por un socio de Nakachian que resultó imposible entregarle a la policía.

'Asunto Profumo'

Nakachian estuvo relacionado en aquellos años con Perec Rachman, estafador y matón, implicado también en el asunto Profumo, que costó la carrera al entonces ministro de Guerra británico, quien mantenía relaciones con una prostituta, Cristina Keeler, que al mismo tiempo prestaba servicios sexuales al agregado naval de la embajada soviética en Londres.Raymond Nakachian estaba casado con una escocesa, Sarah, con la que tuvo cuatro hijos, que hoy cuentan con edades entre los 25 y los 34 años. El que al marido se le negara el visado de entrada en el Reino Unido dañó irreversiblemente al matrimonio. Sarah, se precipitó en el mundo de la drogadicción y los hijos pasaron a depender del padre.

En una ocasión, Sarah, fue condenada a una multa de 25 libras por apropiarse de un coche. Ninguno de los conocidos de Nakachian se ofreció a pagar la multa y Sarah acabó en prisión.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_