El Gobierno japonés aprueba un presupuesto adicional ligeramente superior a los dos billones de yenes
El Gobierno japonés aprobó ayer un proyecto de presupuesto adicional de 2,08 billones de yenes (unos 14.310 millones de dólares) destinado a financiar parte de un programa de relanzamiento económico por 42.000 millones de dólares presentado antes de la reciente cumbre de Venecia. Este esfuerzo adicional, el más importante desde 1974, debe ser presentado antes de principios de julio al Parlamento, que ha sido convocado en sesión extraordinaria para discutir el proyecto.El presupuesto suplementario elevará los gastos generales para el ejercicio 1987 hasta los 386.650 millones de dólares, lo que representa un incremento del 4,4% con relación al presupuesto de 1986. El Gobierno japonés espera obtener así un crecimiento económico del 3,5% en el período 1986-1998, aunque los expertos esperan que no se reduzca el excedente comercial de Japón (101.400 millones de dólares en el año fiscal de 1986) por encima de los 5.000 o 6.000 millones de dólares.
El dólar, por su parte, experimentó ayer una fuerte subida en Tokio, de 1,30 puntos, frente al yen, al cerrar a 146,60. Es la primera vez, desde el pasado 6 de abril, que la divisa norteamericana supera la barrera de los 146 yenes. El gobernador del Banco de Japón, Satoshi Sumita, había reiterado su oposición a un nuevo recorte del tipo de descuento interbancario oficial.
En el mercado de divisas de Francfort, la moneda estadounidense cerró sin cambios sobre la sesión anterior, aunque ligeramente por debajo de los máximos del día, debido a las realizaciones de beneficios. El dólar terminó la sesión a 1,8380-1,8390.
Según los dealers, informa Shearson Lehman/American Express, el billete verde se encuentra actualmente sobrecomprado y también sufrió presiones a causa de unos rumores que se extendieron por los corros según los cuales la Reserva Federal estaba interviniendo contra el dólar en Nueva York. En Madrid, el Banco de España fijó un cambio medio de 127,550 pesetas, lo que supone una depreciación de la peseta, que cotizó el lunes a 126,850 frente al dólar.
