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TENIS

Ivan Lendl afirma que su victoria en París demuestra que está totalmente recuperado

Alex Martínez Roig

El tenista checoslovaco Ivan Lendl, número uno mundial, aseguró que su tercera victoria en Roland Garros -las anteriores las consiguió en 1984 y 1986- fue el triunfo más duro que había obtenido en un torneo del Grand Slam, donde ha logrado ya cinco títulos. Lendl venció el domingo al sueco Mats Wilander por 7-5, 6-2, 3-6 y 7-6- (7-3), en un partido emocionante pero sin excesiva calidad.

Lendl, que disputó en París su 11ª final de un torneo de Grand Slam, con un balance de cinco victorias y seis derrotas, aumentó su multimillonaria cuenta de ingresos con otros 27 millones de pesetas. La cifra de ganancias del tenista checoslovaco, número uno desde 1985, totaliza en estos momentos más de 1.300 millones de pesetas en premios, cifra que hay que multiplicar por tres para acercarse a las ganancias reales, ya que a esa cifra deben sumarse las exhibiciones y los contratos publicitarios. Wilander, por su parte, añadió 18.5 millones de pesetas a su cuenta de 525 millones en premios."He tenido muchos partidos difíciles y algunos con lluvia", comentó el vencedor de París, "pero estoy orgulloso del torneo que acabo de ganar porque he demostrado lo contrario de lo que se decía antes de llegar". Lendl hacía así clara referencia a las múltiples dudas que lanzaron los técnicos e, incluso, algunos de sus compañeros de circuito -entre ellos Boris Becker- en torno a su total recuperación, tanto física como anímica, después de la operación de rodilla a la que se sometió tras perder hace unos meses en la final del torneo de Key Biscayne (EE UU) frente a su compatriota Miloslav Mecir.

Críticas en la Prensa

Lendl se presentó en París habiendo ganado tan sólo un torneo, en Hamburgo, mientras que Wilander venía de vencer en Montecarlo y Roma. "Había muchos que aseguraban en la prensa que no estaba en forma", dijo el checo, nacido en Ostrava el 7 de marzo de 1960, "que estaba débil mentalmente, que no tenía confianza. Todo porque no he empezado el año como en l986".Wilander también compartía la opinión de su verdugo. "A pesar de sus resultados, Lendl ha jugado bien este año, lo que pasa es que se quieren comparar sus resultados de 1986, fantásticos, con los de ahora, y a veces se espera demasiado de él".

"Solo el Open de Australia", siguió comentando el número uno, "ha supuesto una gran decepción este año, pero después de ganar en París, todo lo demás queda borrado".

En torno a su victoria -la décima ocasión consecutiva que un jugador diestro gana en Roland Garros, desde que Guillermo Vilas, un zurdo, lo logró en 1977-, Lendl dijo: "La clave fue que mi drive funcionó a la perfección. Tuve mucha paciencia y mi primera pelota de servicio no me abandonó. Además, Mats tiraba en el primer set unos segundos saques muy cortos y le faltaba confianza. Eso me dio la oportunidad de atacar. En el segundo, falló más de lo que es costumbre en él desde el fondo".

"Lo que hice en la pista", reconoció Wilander, "no era lo que tenía pensado para vencer a Lendl. Desde el principio estaba convencido de que tenía que mostrarme agresivo, como lo he hecho últimamente, para imponer mi ritmo". "Empecé jugando defensivo", añadió el doble campeón de Roland Garros (1982 y 1985), "para ver si encontraba el tacto del partido, pero a medida que avanzaba me costaba cada vez más poner en práctica mi táctica, y cuando quise hacerlo era demasiado tarde".

Wilander cree haber cometido un error mental: "Quizás porque le rompí el saque al principio pensé que podía jugarle así y ganar, por eso no forcé demasiado en mi servicio y en esto también estuvo la clave de mi derrota".

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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