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Imagen

Los dos partidos mayoritarios de la ciudad en la que vivo han hecho un despliegue publicitario de sus candidatos que me tiene aturdido. Si vas de peatón por la vida y alzas los ojos hacia los cielos, ahí están los dos rostros como repetidos milagros cenitales colgados del cosmos. Si vas de automovilista casi se te mete dentro del coche la faz de los candidatos, dispuesta al nivel del conductor con la complicidad del semáforo rojo. Entres donde entres, salgas de donde salgas, ahí están, ahí están, ésos sí que ahí están, en un alarde de previsión y dinero sin precedentes en la historia electoral de esta ciudad.Supongo que esos dos rostros ómnipresentes son el resultado de concienzudas reuniones analizadoras de la eficacia de sus expresiones y de pesadísimas sesiones de fotografía hasta encontrar el mejor ángulo, la mejor expresión, ese instante feliz en el que la cara se convierte en el mejor espejo de la mejor alma, dentro de ese repertorio de almas posibles que todos llevamos dentro. Tan familiares me son esos dos rostros que los conozco centímetro a centímetro, y me permiten deducir que, a pesar de las previsiones, las inversiones y el trabajo de análisis semántico de los especialistas, estamos aún muy lejos de la perfección en el publicismo electoral. Porque yo he descubierto que uno de ellos el día en que le hicieron la fotografía tenía los ojos congestionados, y lo que debía ser el blanco ocular más blanco de todos los blancos resulta un aguado fondo enrojecido de ojos de animal cansado, y lo que debía aparecer como contundente y bien rasurado mentón, es una barba insuficientemente afeitada, con siete u ocho pelos guerrilleros que no colaboraron en la campaña y traicionaron el espíritu perfeccionista de los creadores de imagen. Ya decía Pasolini que lo más hermoso es la idea provocadora de la creación y que luego la obra de arte nunca está a la altura del sueño original. Pero con los presupuestos que se barajan en estas campañas, ¿no había dinero para dos gotas de colirio y para una cuchilla de afeitar de doble filo de esas de ras ras y ya está?

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