Lineker reconoce que España dio muchas facilidades
La Prensa española habla de ametralladora y verdugo Lineker. Los periódicos ingleses convierten al goleador inglés del Barcelona en el nuevo rey del fútbol español. Andoni Zubizarreta, compañero y a la vez rival, asegura que "lo que hizo en el estadio Santiago Bernabéu es para quitarse el sombrero". Víctor y Carrasco, que regresaron ayer con él, no cesaron de gritarle "¡torero, torero!" nada más entrar en el vestíbulo del aeropuerto de El Prat. Gary estaba ayer muy satisfecho, de su actuación. Era la primera vez que conseguía cuatro goles en un mismo encuentro. "La verdad es que Miguel Muñoz quiso ofrecer espectáculo; jugó sólo con tres defensas y me abrió muchos huecos, que supe aprovechar", dijo.
Gary Lineker no se sentía ayer ni torero como le llamaban sus compañeros, ni pistolero como le considera Valdano, ni un drogadicto como dijo sentirse el escocés Steve Archibald aquella noche en que le marcó un gol al Oporto en un partido de la Copa de Europa, ni una bestia negra como recordó Camacho cuando le preguntaron por el inglés. Gary huyó de los calificativos, dijo sentirse solamente feliz, consideró como un acto normal que le pidiera la camiseta a Peter Shilton para luego entregársela a Buyo y resumió en una frase todas las emociones vividas en la noche del pasado miércoles en el estadio Santiago Bernabéu: "No fue una noche normal".No es normal que un jugador marque cuatro goles, y menos que se los meta a un portero con el que se entrena cada mañana y viaja cada semana. Sucedió, según Líneker, que "se trataba de un partido amistoso". "En los de Liga nos encontramos con cuatro y hasta cinco jugadores rivales delante, es decir, dos marcadores, un libre y laterales pendientes de nuestras acciones ofensivas. Miguel Muñoz jugó con sólo tres defensas para dar espectáculo y me abrió muchos huecos, táctica que, seguramente, no se habría producido en caso de tratarse de un partido oficial", argumenta el delantero centro azulgrana. "Quiero decir", añade, "que me sentí más libre que de costumbre, tenía más espacios, y, además, tuve mucha suerte".
Ni en el Leicester, ni con el Everton, ni en el Barcelona, ni con la selección inglesa había marcado cuatro goles en una noche, pero, si tuviera que comparar el partido del Bernabéu con algún otro, sería con el que jugó, en el Camp Nou, contra el Real Madrid. "Son dos encuentros en los que tuve una actuación similar", explica. Para Lineker no existe demasiada diferencia entre el juego que desarrolla en la selección y el que realiza en el Barça. Hay quien intenta decirle que está equivocado, que con Hughes al lado Lineker no parece el mismo. Se da la circunstancia de que sus grandes partidos se han producido en ausencia de su compañero galés. "¡Oh, no!, dejemos este tema, por favor", suplica mientras recuerda que Hughe marcó el miércoles un gol con Gales, pero le fue anulado.
La opinión de Zubizarreta
Lineker prefiere hablar de Zubizarreta. Los dos entraron .ayer en el aeropuerto de El Prat cogidos del brazo. "Hizo un gran partido, paró buenos balones y nada pudo hacer en los goles", señaló el delantero. "Mi opinión es similar" observa el portero, "aunque no sé todavía cómo pudo llegar a la pelota en el primer gol y cómo me metió el cuarto, porque yo no esperaba que tirara desde tan lejos; no es su costumbre".Hacía mucho tiempo que Zubizarreta no recibía cuatro goles: "No recuerdo fechas, aunque sí sé que en un partido contra Holanda, con la selección sub 21, encajé cinco y que jugando con el Athlétic perdimos 5-1 ante el Betis y 2-4 contra el Madrid". "Pero bueno", prosigue, "el partido del miércoles no era de competición y había que dar espectáculo; lo interesante ahora es que Gary le marque también cuatro goles a Las Palmas y yo mantenga el marcador a cero".
"Los que entienden de fútbol saben que es imposible que se marquen cuatro goles cada día", manifiesta Lineker, consciente de que buena parte de la afición azulgrana estaba orgullosa de sus goles frente a España. "Empiezo a entender a la gente catalana" afirma. Y después, medio en broma, medio en serio, advierte: "Con mis nuevas botas, soy capaz de todo". Lineker estrenó en el Bernabéu unas botas Quaser, con tiras negras y amarillas, por cuya utilización cobrará 200 millones de pesetas en las próximas cinco temporadas. "Yo no soy demasiado supersticioso, pero...", advierte.
Para Terry Venables, el secreto de Lineker no está en sus botas, sino en su olfato: "Es rápido y, si tiene espacios para moverse, como sucedió en el Bernabéu, no perdona. Eso es lo que sucedió. Se produjo una combinación mortal entre espacio y rapidez".
El técnico inglés tal vez piense igual que sus compatriotas. Es decir, que Lineker es el nuevo rey del fútbol español. "Gary reina en España" tituló ayer el diario londinense Daily Mail; "Lineker es el rey de España", dijo Today; "Lineker corona su reinado en España con cuatro goles" señaló The Guardian.
La Gazzetta dello Sport, italiana, llegó a titular que "Inglaterra conquista Madrid con la proeza de su goleador español".
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