Teresa Grasa y Carlos Barboza

El matrimonio formado por Teresa Grasa y Carlos Barboza, pintores y restauradores, lleva más de 10 años tras la huella de la época joven de Goya. Fruto de estas pesquisas es el hallazgo de cinco obras que se atribuyen con certeza al pintor de Fuendetodos. Ambos están seguros de que Goya realizó una gran producción en su juventud, y, sin 'embargo, la gran mayoría de esas obras está sin catalogar. Han restaurado la cúpula del Pilar y los frescos de la cartuja de Aula Dei: más de 500 metros cuadrados pintados por Goya. Conciben la restauración como "el paso de un cuadro por el quirófano".

Teresa Grasa nació en Zaragoza en 1945. Estudió en la universidad de la capital aragonesa y en la Escuela de Artes Aplicadas. Ha estudiado también diversos cursos específicos en Roma y Oslo. Ha sido profesora de diseño de la Escuela de Bellas Artes de Madrid, y de restauración en la Escuela Superior, y ha realizado 10 exposiciones individuales y 25 colectivas.Carlos Barboza nació hace 43 años en Costa Rica. Cursó estudios en la universidad de su país, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en el Centro Internacional de Restauración de Roma. Ha realizado 20 exposiciones individuales e igual número de colectivas. Posee, entre otros premios, las medallas de oro de la III Bienal Internacional de Gráfica y la del Salón Anual de Costa Rica. También ha impartido conferencias sobre la obra gráfica de Goya en Estados Unidos.

Teresa y Carlos están unidos -además de por su matrimonio y sus dos hijos- por la restauración, la creación artística, una galería de arte y las aficiones comunes. Las primeras restauraciones las realizaron en Roma y en la ermita de San Saturio y la iglesia de San Nicolás, de Soria. Su lanzamiento profesional lo constituyó, sin embargo, la restauración de los frescos de Goya en la cartuja de Aula Del y la cúpula del Pilar de Zaragoza. Para este trabajo tuvieron que realizar más de 4.000 fotos sobre detalles de las obras.

Su hipótesis de trabajo, compartida por otros expertos, se basa en el convencimiento de que Goya pintó mucho desde que regresó de Roma hasta que se instaló definitivamente en -Madrid. "¿Dónde está esa obra?", se preguntan, pues tan sólo una pequeña parte se conoce y está catalogada. De esta forma iniciaron la búsqueda del Goya joven. Resultado de su trabajo ha sido el hallazgo, hasta el momento, de cinco cuadros que se atribuyen a Goya de forma fundamentada.

Identíficaron un retrato de Ramón Pignatelli, que hoy está colgado en la sala de Goya del Museo Provincial; hallaron pinturas en la iglesia de Esquedas (Huesca) y en Alagón (Zaragoza). Sus hallazgos más recientes son una cabeza de hombre, que ellos creen es el padre de Goya, en Cabañas de Ebro (Zaragoza), y dos cuadros más en un retablo de la iglesia de San Felipe y Santiago, de Zaragoza. Un dato histórico, una fecha, una fotografía o una llamada les sirve de pista para ir a los pueblos, iglesias o palacios en busca de las huellas de Goya joven. Confiesan que la emoción es indescriptible cuando localizan un cuadro notable, aunque no sea del pintor que persiguen: "Buscando Goyas", afirman, "hemos encontrado obras muy importantes de la misma época".