Pelé deja la copa que lleva su nombre
Brasil y Uruguay disputan hoy, en la ciudad brasileña de Santos, la segunda ronda de la Copa Pelé, el primer mundialito de veteranos ex campeones mundiales. El torneo se inició el pasado domingo con dos partidos: Brasil derrotó a Italia por 3-0 y Argentina empató, 1-1, con la RFA. El gran homenajeado, sin embargo, no volverá al campo: Pelé será ya hasta el final del certamen un aficionado más. No quedó contento de su actuación ante Italia, aunque recibió buenas críticas. Ayer hizo oficial su decisión de no jugar más.
Pese a no haber tenido una buena actuación, el retorno tardío de Pelé originó invitaciones de Bélgica, Francia e Italia. Pero Pelé no piensa aceptarlas. Ayer mismo rechazó una propuesta millonaria de Árabia Saudí para jugar en encuentros de exhibición.En Brasil la gente sabe que no podrá esperar de sus ántiguos ídolos el brillo de los tiempos del fútbol-maravilla, pero siente también que algo de divino sobrevivió en esas viejas glorias. Ésa es la tónica general de los comentarios en las calles y, sobre todo, en las playas de este verano especialmente caluroso en Río. Algunos periódicos, como el matutino conservador O Globo, llegan a afirmar que, si Pelé pareció decepcionar al público, la culpa es de la afición y no del jugador. El liberal Jornal do Brasil afirmó que "el juego valió sobre todo por el placer de ver algunas cosas de las que desde hace mucho el fútbol, ha olvidado".
Eco en televisión
El eco del torneo, en su primera ronda, puede ser evaluado de esta manera. Hay en Brasil una red privada de televisión, que funciona, de hecho, comoun monopolio. Se trata de la Red Globo, que tiene un pro medio del 68% de la audiencia el restante 32% es disputado por otras cuatro redes nacionales. Fue precisamente una de esas redes, la Bandeirantes, la que transmitió los partidos En la noche del domingo, mientras Pelé y compañía derrotaban a los italianos, la Globo no logró más del 22% de la audiencia. Un récord negativo.Los organizadores de la competición también pudieron medir la repercusión de la niciativa a partir de la présencia del público en el estadio Pacaembú, en Sáo Paulo, donde se disputó el partido Brasil-Italia. Pese a tratarse de un encuentro transmitido en directo por la televisión, más de 50.000 personas fueron al estadio para, bajo la lluvia, presenciar la vuelta de un fútbol olvidado.
La noticia de que Pelé no volverá a los campos podrá disminuir el interés en el resto del torneo. Pero otros jugadores -principalmente, Rivelino, el defensa Djalma Días y el siempre sorprendente Dadá Maravilla, poco conocido en el exterior, pero con muchos seguidores en Brasil- tienen peso suficiente para asegurar un clima de expectativa.
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