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Michael Murnane

y su mujer, Sue, son un matrimonio australiano que no puede adoptar un bebé por estar demasiado gordos. El Gobierno de Canberra les ha exigido adelgazar, al menos, 25 kilos a cada uno. Parece ser que son exigencias de las leyes de adopción de Sri Lanka y Corea del Sur, países de su preferencia para conseguir el niño. Sue pesa 92 kilos y su marido 90.

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