El público se olvidó de los Seis Días de Madrid

La prueba ciclista de los Seis Días de Madrid termina hoy diluida entre el desinterés del público y rodeada de polémicas por la gastroenteritis que sufrieron varios corredores profesionales y cuya causa no ha sido determinada, entre otras razones porque no existía control antidroga. Esta competición ha perdido el interés que tenía en su primera etapa, interrumpida en 1969, y los organizaderes no encuentran la forma de volver a llenar las gradas del Palacio de Deportes, pese al enorme despliegue que TVE le concedió. Los precios de las entradas oscilaban entre las 200 y las 700 pesetas.

La asistericia de público a los Seis Días de Madrid, prueba ciclista que termina hoy en la capital de España, se convirtió en el principal talón de Aquiles de la misma. Los aficionados se desentendieron de ellos porque, por ejemplo, los grandes especialistas de la modalidad de pista, presentes en Madrid, son desconocidos para la mayoría y no ha sido posible contar con la participación de las figuras internacionales de la carretera, como el italiano Fraricesco Moser o los dos primeros clasificados en la última edición del Tour, el frances Bernard Hinault y el estadounidense Greg Lemond.En la jornada del domingo, para la que se preveía la máxima afluencia de espectadores, se cubrió aproximadamente la quinta parte del aforo en las pruebas de máximo interés -entre 2.000 y 2.500 de los 12.000 que puede albergar el Palacio de Deportes-. Ayer, último día de competición en la prueba femenina, la asistencia de espectadores, incluyendo los familiares de los participantes y los ciclistas profesionales que presenciaban la prueba, superaba en muy poco el centenar.

Otra de las razones del absentismo del público fue la carencia de atractivo en las actuaciones ofrecidas en la pelousse. Durante la celebración de este tipo de pruebas se contrata la presencia de diferentes artistas que actúan desde un escenario situado en la zona rodeada por la pista.

Indisposicionies

Una de las circunstancias que deslucieron la prueba fue la gastroenteritis que entre el sábado y el domingo, afectó a buena parte de los corredores profesionales. Algunos, como Clark, Kristen y Lekuona, tuvieron que abandonar temporalmente la pista y también recibieron asistencia médica Oersted y Elshof. La causa de la enfermedad no ha podido ser determinada. Según los organizadores, puede ser la mezcla de bebidas tales como leche, refrescos de cola y agua muy fría y en grandes cantidades. Los corredores echan la culpa a un pollo que, según ellos, "olía mal" y los médicos no se pronuncian, ya que no pueden controlar los productos que toman los participantes durante la prueba.En los Seis Días no se realiza ningún tipo de control antidroga y muchos corredores deciden por su cuenta cuál es la forma más adecuada de tratar sus indisposiciones.

Según los doctores, "en este tipo de circo es imposible seguir estrictamente cómo solucionan sus problemas médicos los corredores" y no todos los afectados por cualquier tipo de dolencia se someten al control médico.

Tal es el caso de Chon Lekuona, quien, al principio de la jornada del domingo, abandonó la pista con fiebre y en un estado de salud aparentemente malo. Con posterioridad, se reincorporó a la carrera y completó la jornada sin que los servicios médicos del Palacio de los Deportes tuvieran conocimiento de cómo se había tratado al corredor.

Los corredores, al revés de tiempos pasados, no duermen en la pelousse y se han dispuesto caravanas muy confortables en las que reposan mientras la prueba está neutralizada. Junto a la pista existen pequeñas habitaciories individuales, utilizadas para descansar mientras se disputa la prueba, pero que durante la noche son utilizadas por los mecánicos, que de esta forma se ahorran los gastos de hospedaje.

En el plano deportivo, la lucha sigue centrada entre cuatro parejas: los hermanos Hermann (Lietchenstein), Pijnen (Holanda)-Cabestany (España), Knetemann (Holanda)-Recio (España) y De Wilde-Tourné (Bélgica).