Alfonsín elogia a los argentinos al recibir el Premio Europeo de Derechos Humanos

El presidente de Argentina Raúl Alfonsín, recibió ayer en Estrasburgo el Premio Europeo de Derechos Humanos otorgado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa, cuyo secretario general es el español Marcelino Oreja. "El auténtico destinatario y el verdadero vencedor de este premio", dijo en su discurso de agradecimiento, "es el pueblo de Argentina, que ha recuperado definitivamente la democracia".

El premio, entregado en mano a Alfonsín por el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, consiste en una medalla de oro y un pergamino en el que se elogia su labor por l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente de Argentina Raúl Alfonsín, recibió ayer en Estrasburgo el Premio Europeo de Derechos Humanos otorgado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa, cuyo secretario general es el español Marcelino Oreja. "El auténtico destinatario y el verdadero vencedor de este premio", dijo en su discurso de agradecimiento, "es el pueblo de Argentina, que ha recuperado definitivamente la democracia".

El premio, entregado en mano a Alfonsín por el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, consiste en una medalla de oro y un pergamino en el que se elogia su labor por la promoción y la defensa de los derechos humanos en Argentina, sobre todo a raíz del establecimiento de la democracia tras un período de masiva violación de esos derechos bajo la dictadura militar.Es la primera vez que el premio creado en 1980 por el Consejo de Europa -una organiación que agrupa a 21 países democráticos del Viejo Continente- se concede a una persona. Aquel primer año fue otorgado a la Comisión Internacional de Juristas y en 1983 lo recibió la sección médica de Amnistía Internacional.

Alfonsín habrá de compartir el galardón con el ex ministro austriaco de Justicia Christian Broda, que logró hace tres años que fuese añadido un protocolo adicional a la Convención Europea de Derechos Humanos en el que se abolía la pena de muerte. Broda recogerá posteriormente su premio.

El presidente argentino, que llegó ayer a Estrasburgo procedente de Moscú, donde apalabró un contrato sobre la venta de cuatro millones de toneladas de trigo a la Unión Soviética, pasé revista a todo lo que se había hecho en su país "para que no se produzcan ya más violaciones de los derechos humanos". Tras recordar las convenciones y pactos internacionales que garantizan estos derechos, que han sido suscritos por Buenos Aires, Alfonsín aseguró que "en Argentina el torturador puede ser condenado ahora a la misma pena que el asesino".

A renglón seguido definió la posición de Argentina "frente a las grandes opciones ideológicas", reafirmando que "somos un país occidental, que reivindicamos la democracia pluralista y la cultura de la libertad ( ... ), pero somos también un país no alineado, al margen de cualquier bloque militar". A continuación expresó su vivo deseo de que el "diálogo y la cooperación permitan acabar muy rápidamente con los últimos vestigios del colonialismo".

Alfonsín concluyó recordando que países como Argentina, "cuando logran restablecer la democracia ( ... ) se enfrentan con dificultades insuperables para conseguir la aplicación de derechos económicos y sociales", y pidió veladamente a las potencias desarrolladas que ayuden a reformar el actual orden económico internacional, profundamente desventajoso para el Tercer Mundo. Andreotti le contestó prometiéndole que "Europa sabrá expresar su apoyo moral y también material a Argentina". Alfonsín llega hoy a Cuba.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En