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Sólo Matt Biondi salva a Estados Unidos del fracaso

La historia se repitió ayer, y esta vez con mayor rotundidad. La RDA no sólo ganó dos nuevas medallas de oro en las pruebas femeninas de la cuarta jornada de natación, sino también las de plata. El máximo. La alemana orienta Sylvia Gerasch, que se había quedado sin medalla en los 200 metros braza, batió su récord del mundo de 100, quinta plusmarca universal que se supera en los campeonatos. Estados Unidos sólo eludió su nuevo ridículo con el triunfo en los 4x100 metros libres masculinos gracias a un último relevo excepcional de su gran figura, Matt Biondi.

Las jornadas de natación corren serio peligro casi siempre de convertirse en monótonas repeticiones de pruebas que ni siquiera con récords del mundo batidos en ellas llegan a emocionar. Si se trata de nadadoras de la RDA las que los logran, algo casi habitual, pues menos aún. El sistema de orden de competición, con finales A y finales B (para los clasificados en las eliminatorias matinales del noveno al decimosexto tiempo), seguido por la ceremonia de entrega de medallas, empuja todavía más al aburrimiento.Sin embargo, en la gran competición, en natación o en cualquier deporte, siempre cabe esperar el asombro. A fin de cuentas, en unos Campeonatos Mundiales están los mejores especialistas y en cualquier momento, aunque no guste para emocionar o divertir, existen instantes especiales para admirar y recordar. Es lo máximo que se puede ver y eso siempre es distinto y magnífico. No se puede visitar Moscú y no ir al Bolshoi, aunque a uno no le guste el ballet. No se puede ir a Viena y no ir a la Opera ni escuchar valses, aunque a uno sólo le guste el rock duro.

Ayer hubo ese momento asombroso. Fue al final de la reunión, como si se hubiera querido hacer esperar. En los relevos 4 X 100 metros libres surgió la salvación norteamericana, el hechizo de la hazaña. Por la mañana, con dos nadadores reservas, lo habitual para no cansar a los titulares, el norte americano sólo había conseguido el segundo mejor tiempo, 3.22.23 minutos, tras la RDA, 3.21.44, que sólo había prescindido, de su polifacético Lodziewski. Estados Unidos no había utilizado a sus mejores hombres, Dan Jager, y el plus marquista mundial, Matt Biondi.

La sorpresa del triunfo alemán oriental en los 4x200 difícilmente podía repetirse, Sin embargo, tuvo que ser el Torpedo Biondi el que arreglara lo que nadie mas que él puede hacer actualmente: salir cuarto en el relevo definitivo, con 79 centésimas de retraso respecto al primer clasificado y ganar, en sólo 100 metros, por 1.25 segundos sobre el segundo. En total, recuperar respecto a la cabeza de la prueba, contra los rivales de máximo nivel mundial, nada menos de 2.04 segundos, diferencia enorme, casi dos cuerpos suyos, cuatro metros, en tan corta distancia. Biondi, un superdotado de la velocidad sobre el agua, nadó más rápido que nunca, en 48.29 segundos, es decir, a 7,454 kilómetros por hora, cuando su récord del mundo, 48.74, le supuso hacerlo a 7,40. La marca, al no ser conseguida en el primer relevo (como sucedió con la alemana Kristin Otto), no puede ser homologada, pero quedará para la historia de las hazañas deportivas.

Los años no perdonan

Todo había comenzado ya con tristeza, con la decepción confirmada de que los años no perdonan y en natación, deporte para jóvenes, mucho menos. El soviético Salnikov, santo y seña del deporte acuático durante largos años, se vio completamente superado en los 400 metros libres. La prueba que empezó siendo de medio fondo, pero es ya de velocidad sostenida desde hace años (algo similar a la misma distancia o los 800 metros en atletismo), le viene grande al veterano nadador de 26 años. El alemán occidental Rainer Henkel, que había acreditado la mejor marca de la temporada, segunda de todos los tiempos, dominó claramente. Tiene 19 años. El alemán oriental Uwe Dassier, que también derrotó este año a SaInikov termino mejor que el norteamericano Dan Jorgensen y le quitó la medalla de plata. El británico Kevin Boyd también le pudo al final a Salnikov, sólo quinto.

En los 200 metros braza no se produjo el duelo ni la revancha de] británico Moorhouse ante el canadiense Davis. El campeón de Europa júnior, el húngaro Jozsel Szabo, cuarto ya en los 400 estilos, que ganó su compatriota Tamas Darnyi, hizo unos segundos 100 metros prodigiosos y mejoró en tres segundos su marca personal.

La nueva exhibición alemana oriental incluso sorprendió. Era esperada en braza, en que SyIvia Gerasch, sólo cuarta en los 200 metros, que ganó su compatriota Silke Hoerner, la venció esta vez 31 batió (como ella en el doble hectómetro) el récord mundial. Pero en los 100 mariposa vino la nueva de cepción dé Estados Unidos. La plusmarquista mundial, Mary T. Meagher, quizá demasiado versátil ahora al participar en libre, gana medallas de bronce en este nuevo estilo, pero se debe conformar con ellas, como ayer, en el que parecía imbatible. Kornelia Gress ler fue siempre la mejor, pero Kristin Otto, que pasó los 50 metros por detrás de Meagher, fue más rápida al final y sumó otra medalla de plata a sus galardones. Meagher declaró al final: "Ha sido una gran desilusión para mí. Me sentí cansada en los últimos 50 metros y no pude ir más rápida. Me sentía como pesada y no sabía lo que me estaba pasando". En realidad, estas palabras las puede decir casi todo el equipo de Estados Unidos. Ése en el que nada Biondi.

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