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Santiago Esteva

La última gran figura española de la natación

Santiago Esteva ha sido durante toda una época santo y seña de la natación española. Le avalan su campeonato europeo (1967) en 1.500, siendo juvenil, 31 sus participaciones en los Juegos Olímpicos de México -donde nadó dos finales- y Montreal. Los Juegos Olímpicos de Múnich podían haber supuesto su consagración definitiva cuando, con 20 años, tenía la segunda mejor marca del mundo en 200 espalda, y una lesión le envió a la grada. Dijo adiós a las piscinas en 1976, pero la federación solicitó su ayuda como reponsable de la natación en el comité organizador.

Santiago Esteva nació en Reus el 16 de julio de 19,52. Empezó a nadar a los 10 años, y cinco más tarde ya era figura en el equipo nacional que acudió a los Juegos Olímpicos de México. Allí fue quinto en 200 espalda y finalista en relevos. En el campeonato europeo del año anterior ya se había destapado ganando el 1.500, y en el de Barcelona de 1970 fue plata en las dos pruebas de espalda y bronce en fondo y medio fondo. Llegó a ganar el campeonato de Estados Unidos en 1971, pero en los Juegos Olímpicos de Múnich una lesión truncó el mejor momento de su carrera deportiva cuando podía haberse convertido en el primer nadador español que ganara una medalla olímpica. En el podio de la capital bávara, el alemán oriental Matthes y los norteamericanos Stamm e Ivey se repartían los metales mientras Santiago los contemplaba con, impotencia desde la grada.Su historial se completa con varias participaciones en finales de los campeonatos del mundo y de Europa, y se despidió en Montreal, donde sólo alcanzó las semifinales.

Junto con Mari Paz Corominas, el nombre de Santiago ocupa el lugar más alto de la historia de la natación española. David López-Zubero y Rafael Escalas recogieron su relevo, pero tras ellos nuestras piletas atraviesan una crisis de figuras de la que todavía no se han repuesto.

Sequía de nadadores

Ahora, implicado en la organización de los Mundiales, ve con posibilidades a Garmendia y Aldabe, "y para de contar". "En Los Ángeles lo hicieron muy bien, y en los campeonatos de España son los dos únicos en los que tenemos esperanzas". Esteva se explica la diferencia entre España y los países punteros en la natación mundial porque "aquí no se apoya a la elite, y ésta es la causa de que no surjan figuras en nuestro país".

Esteva afirma: "Si seguimos trabajando con niños, éste no es más que el primer paso de una larga escalera para poder salir al exterior. La federación podría hacer un buen trabajo si puede disponer de las nuevas instalaciones del Centro de Natación para organizar competiciones". Pero la distancia con países como EE UU, la República Federal de Alemania y Canadá es cada vez más grande: "Mientras nosotros vamos andando, en los demás países corren".

Aunque los Mundiales dejarán en España unas instalaciones fabulosas ("lo mejor de los campeonatos para nuestro país"), el camino hacia la cúspide mundial sigue pasando por Estados Unidos: "No compensa dedicarse durante muchos años a la natación para acabar sin una peseta en el bolsillo, además de que sí la quieres compatibilizar con los estudios tienes que ir a EE UU. Desde el punto de vista deportivo, la competencia es mucho más fuerte, y esto hace que puedas superar constantemente tus marcas".

Químico

Santiago también tuvo que ir a nadar a Estados Unidos. En principio sólo por un curso, pero consiguió una beca para hacer la carrera de Químicas, y se quedó allí durante los cinco mejores años de su larga carrera deportiva. Sin embargo, cuando, después de Montreal, dejó la natación, se olvidé de los laboratorios y orientó su vida profesional por otros derroteros. Empezó a trabajar en una empresa de material acuático, donde se ocupaba del área de natación, y posteriormente fichó por La Caixa.

Con su marcha de las piletas se olvidó también de muchas aficiones y cambió su vida por completo: se casó y sustituyó la música y la fotografía por su mujer y sus hijos: Santi, de cinco años, e Ignasi de dos. "Mi hobby ahora es verlos crecer y estar con ellos".

Nunca desde que se retiró había dedicado tanto tiempo a la natación, aunque colaborase con los directivos del Club Natación Sabadell y con la Federación Española: "Me pidieron que trabajara con ellos y lo estoy haciendo encantado; es más, si no me hubieran dicho nada, habría sido yo mismo el que habría pedido que me dejaran colaborar".

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