_
_
_
_

El vizconde MacMillan de Ovenden

Aristócrata, nieto de primer ministro y ex periodista, logró como editor que el Gobierno británico no aplicara el IVA a los libros

MacMillan -pese a su noble condición, el vizconde posee una campechanería natural que, sin embargo, no disimula una mente rigurosa- es un líder del mundo editorial y de la joven generación conservadora británica.Habla de los políticos con cierto escepticismo -"los conozco bien", dice, "mi familia está llena de políticos: mi padre fue ministro, y mi abuelo, primer ministro"-, pero muchas de sus actuaciones como editor y como miembro del consejo de la Asociación de Editores Británicos tienen matices claramente políticos.

"Por suerte o por desgracia", explica, "mi carrera política ha sido decidida por mí independientemente de mis deseos. Cuando quede vacante el escaño de mi abuelo [el ex primer ministro Harold MacMillan] en la Cámara de los Lores pasaré a ocuparlo automáticamente". Más tarde admite que la función pública le satisface, "pero en el mundo hay demasiados políticos venales, y ni siquiera mi país es una excepción".

Los lores, independientes

Sin embargo, defiende gallardamente las instituciones británicas y rechaza por completo la posibilidad de que la Cámara de los Lores sea una entidad obsoleta. "Por el contrario, es una de las pocas instituciones democráticas del mundo cuyos miembros pueden actuar con entera independencia de partidos y gobiernos". Sus opiniones sobre el Partido Laborista británico son, sin embargo, mucho más duras. "El Partido Laborista ha estado tan influido por la extrema izquierda que ha perdido contacto con las realidades de la clase trabajadora", explica. Su pronóstico para el futuro de la política británica es que los próximos 20 años serán de pugna entre conservadores y liberales".El actual prestigio de sir Alexander MacMillan en el mundo editorial británico no se debe tan sólo a las dimensiones de su empresa, sino a su papel en la comisión que logró arrancar del Gobierno de Londres la exención del IVA para los libros. "Tuvimos éxito, principalmente con el eslogan No graven los libros, léanlos. Los impuestos adicionales para los libros son una forma de censura, y censurar los libros significa erosionar uno de los derechos fundamentales de la democracia". Entre las cosas que MacMillan hizo para lograr la exención recuerda que envió "una carta personal a cada miembro del Parlamento, y procuramos que los lectores hicieran lo mismo; en total, los parlamentarios recibieron 121.000 cartas". La campaña contra el IVA en los libros fue considerada por el diario The Times como la campaña política más hábil realizada en Gran Bretaña en los últimos tiempos", lo cual indica las excelentes perspectivas para la futura actividad -vitalicia- de sir MacMillan en la Cámara de los Lores.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_