Un fallo arbitral contribuye a la derrota de Espana, ante Brasil en el Mundial

España perdió con Brasil (0-1) en su debú en el Campeonato del Mundo de fútbol de México, en un partido que el equipo español recordará por el gol no concedido a Michel. El error arbitral parece destinado a convertirse en una oportunidad fallida en la historia de las actuaciones españolas en un Mundial. El que hubiera podido ser gol español se consiguió de un disparo desde fuera del área que pegó en el travesaño para rebotar luego en el interior de la portería, como reconoció el propio Pelé, el gran mito del fútbol brasileño. Era el minuto 52, y el colegiado australiano Bambridge ignoró el bote de la pelota, haciendo caso omiso de las, protestas de los españoles.El encuentro España-Brasil estuvo caracterizado por los fallos de sonido, por los que pudieron sentirse afectados tanto los espectadores que acudieron en directo al estadio Jalisco, de Guadalajara, como quienes presenciaron las imágenes por televisión. La megafonía del estadio no funcionó a la hora de ofrecer los himnos nacionales. Estos problemas afectaron luego a los telespectadores cuando la señal de sonido de los enviados especiales de TVE dejó de llegar durante, toda la primera mitad. Ello obligó a sustituir a los comentaristas en Gudalajara por dos compañeros que narraron el partido desde el centro de prensa de México.

Brasil y España afrontaron el partido de forma muy prudente: con lo que en la primera parte se contabilizaron escasas oportunidades de gol. La temperatura era de 33 grados. En el segundo tiempo ambos equipos mostraron mayor agresividad, y con ello se produjo la gran oportunidad española en el minuto 52, con el disparo de Michel. Acto seguido, reaccionando contra la creciente presión española, el brasileño Casa grande remató con la mano al fondo de la portería de Zubizarreta, pero Bambridge, atento, no concedió el gol. Siete minutos más tarde, y tras un duro disparo de Careca que dio en el travesaño, dibujando una trayectoria similar al anterior de Michel, la pelota volvió al terreno, dando ocasión a que rematara de cabeza Sócrates, ante el gesto de impotencia del guardameta español. Era el gol de la victoria brasileña.

A partir de entonces, el equipo brasileño dominó con autoridad y cierto descaro. Dispuso de buenas oportunidades, protagonizadas por el joven Müller, que susutuyó a Casagrande. Falçao entró por Junior, pero Miguel Muñoz tardó mucho en suplir a Francisco por Señor.

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