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Una presunta 'etarra', herida muy grave en un tiroteo con la Guardia Civil en Pamplona

Miembros de los Servicios de Información de la Guardia Civil hirieron ayer de gravedad, durante un tiroteo, a una presunta militante liberada (con sueldo) de ETA Militar María Mercedes Galdós Azuaga, y detuvieron a otros dos presuntos etarras, uno de ellos identificado como Antxon Legorburu Guerendiaga. El enfrentamiento se produjo a las 20.30 de ayer, en la plaza de las Merindades, a unos 100 metros de la Delegación del Gobierno. Poco después, las fuerzas de seguridad descubrieron un zulo (agujero) en el que encontraron varios fusiles Cetme, un lanzagranadas y granadas anti-carro.

El enfrentamiento con el comando terrorista se produjo a las 20.30, cuando miembros de los servicios de Información de la Guardia Civil se acercaron a tres jóvenes para pedirles la documentación. Éstos respondieron con disparos, y durante el tiroteo posterior la presunta etarra María Mercedes Galdós Azuaga recibió un impacto de bala en el hígado. Trasladada al Hospital de Navarra, fue ingresada en estado muy grave.Las primeras versiones oficiales del Ministerio del Interior facilitadas anoche señalaban que otro de los jóvenes había resultado también herido. Las informaciones policiales procedentes de Pamplona a primeras horas de la madrugada de hoy afirmaban que, además de Mercedes Galdós, otros dos presuntos miembros liberados de ETA habían sido detenidos, sin especificar si uno de ellos se encontraba herido.

Atentado contra Atarés

Las mismas fuentes policiales consideraban que este comando puede ser el autor del atentado, reivindicado por ETA Militar, en que murió el pasado 23 de diciembre el general de división de la Guardia Civil Juan Atarés.

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Tras el tiroteo y la detención de los dos jóvenes, las Fuerzas de Seguridad del Estado instalaron numerosos controles en Pamplona, mientras efectivos de los Grupos Rurales Antiterroristas de la Guardia Civil rodearon los accesos al portal número 27 de la calle de Sangüesa. En uno de los bajos fue descubierta, en presencia de varios testigos, entre ellos un periodista de la Cadena SER, una cárcel del pueblo simulada tras una pila de fregar, que mediante el accionamiento de un cable abría una trampilla de un metro por la que se podía acceder a una habitación, de unos siete metros cuadrados, con literas y una mesa, y junto a la cual había una cocina y un pequeño cuarto de baño. En la habitación, las fuerzas de seguridad encontraron varios fusiles de asalto Cetme, un lanzagranadas, granadas anti-carro, Goma 2, explosivos, detonadores, y trasmisores de ultrasonido.

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