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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La alternativa de centro al PSOE

LA PROXIMIDAD de las elecciones legislativas ha puesto en estado de ebullición a las fuerzas políticas de oposición, empeñadas en un objetivo primordial: arrebatar la mayoría absoluta al PSOE, que, si repite su mandato sin necesidad de coalición alguna, protagonizaría un hecho insólito en la reciente historia política europea.Esta perspectiva hace reflexionar frecuentemente sobre la capacidad de las organizaciones de centro, en parte herederas de los votos que un día correspondieron a la extinta Unión de Centro Democrático (UCD). Capacidad centrista que se encuentra favorecida por la constatación de que la principal alternativa al socialismo, Coalición Popular, parece haber iniciado una etapa de lento, pero irreversible, declive.

Las dos principales formaciones de carácter centrista, sin embargo, el Partido Reformista Democrático (PRD), inspirado por el portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca, y el Centro Democrático y Social (CDS), presidido por Adolfo Suárez, han sufrido también un deterioro tras la prueba del referéndum. Roca, cuyos seguidores realizaron una inequívoca -aunque oficialmente desmentida- campaña de boca a oreja en favor del no, al menos en Cataluña, manifestó, una vez conocidos los resultados del referéndum, su "alegría" por el triunfo del atlantismo. Pero, paralelamente, el portavoz de Minoría Catalana se negaba, incluso a posteriori, a desvelar el sentido de su voto. Extraño pudor que contrastaba con la exigencia que dirigía, tanto al presidente como al vicepresidente del Gobierno, para que mostrasen públicamente su papeleta, dudando de que, fueran a votar sí.

En una actitud semejante, mezcla de torpe ambigüedad y oportunismo, se instaló Adolfo Suárez. Pero con un añadido más: su grupo, el CDS, ni siquiera ha sido capaz de definir si está a favor o en contra de la permanencia de España en la OTAN. La única explicación que Suárez ha ofrecido para esta indefinición es que el congreso de su partido aún no se ha celebrado y, por tanto, no se ha tomado posición al respecto. Pobre excusa, puesto que el congreso debería haber tenido lugar reglamentariamente el pasado mes de octubre y porque la indefinición, en realidad, obedece a las divergencias que el tema suscita entre los dirigentes. Personalmente, Suárez resistió a las presiones procedentes de la Moncloa para. que hiciese pública su intención de votar afirmativamente.

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Pasada la etapa del referéndum, la próxima prueba para ambas formaciones centristas serán las elecciones autonómicas andaluzas del 22 de junio. Tanto el PRD como el CDS carecen de auténtica implantación en esta comunidad autónoma. Pero las posibilidades con las que unos y otros parten son bien distintas. El PRD cuenta con un candidato a la presidencia de la Junta, Luis Marín, que ocupó la vicepresidencia del Parlamento autónomo en los tiempos de Unión de Centro Democrático (UCD). Por añadidura, posee una cierta infraestructura en varias provincias, heredada de UCI). El CDS atraviesa, en cambio, un angustioso momento económico y carece de una cabeza de candidatura clara. Su posición es en general tan precaria, que algunos dirigentes suaristas han planteado la conveniencia de no concurrir a las urnas y evitar con ello la repetición de los pésimos resultados de las elecciones gallegas. Débil rival, pues, tiene ante sí el PSOE, que suele obtener resultados favorables muy altos en la comunidad andaluza. Y más débil si se considera que, tras las negativas de Suárez a establecer cualquier pacto con las iniciativas que inspire Roca, la lucha entre ambos grupos ha comenzado a desatarse a través de una política de fichajes de candidatos andaluces -algunos, ex militantes de UCD- para incrementar su respectiva penetración en la zona. Fichajes que complican más el panorama introduciendo a un tercer competidor: el Partido Demócrata Popular (PDP), de Óscar Alzaga, hoy miembro de la Coalición Popular, que a su vez se afana en la busca y captura de inscritos en los archivos de UCD.

Efectivamente, el interés que suscita la ponderación de una fuerza centrista como contrapeso de los socialistas, aumenta después de que un sector de los poderes económicos nacionales no parece seguir confiando en la Coalición Popular para desbancar al PSOE. En este sentido, es aleccionador el importante número de banqueros que asistieron, el pasado día 17, a la conferencia pronunciada por Miquel Roca en el Club Siglo XXI de Madrid. Ya a comienzos de 1985, y pese a la escasa relevancia que los sondeos concedían al balbuceante PRD, hube un intento desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) para colocar a Roca. al frente de una alternativa amplia contra los socialistas. Y es esta la que ahora parece volver a vitalizarse.

Les obstáculos para esta operación son, no obstante, grandes. Unos residen en la misma falta de liderazgo personal de Roca y, otros, en las trabas que le plantea su necesidad de servir a los intereses del nacionalismo catalán, en colisión a veces con los del electorado natural centrista en el resto del país. Teniendo esto en cuenta, y agregando las diferencias entre los partidos que aspiran a llenar el mismo hueco político, sería aventurado creer que tina plataforma de centro ensombrezca el porvenir del PSOE en las próximas elecciones. Mucho tendría que cambiar el mapa político para que este intento centrista, al que no le faltan electores potenciales, pero sí instrumentación y liderazgo, pueda convertirse, a corto plazo, en una fuerza que sofrene el poder de los socialistas.

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