El Real Madrid empata en Vigo con el agua hasta los tobillos
El partido se jugó pese a una lluvia torrencial que puso de acuerdo a todos los jugadores. "Aquí es imposible jugar", le dijeron en el descanso al árbitro, pero, tras consultar el calendario deportivo en vez del estado del campo, el colegiado decidió acabar el encuentro sobre todas las cosas. En estas condiciones, los jugadores hicieron lo que pudieron, sacarse el balón de encima cuanto antes y poner cuidado en no lesionarse. Pretender más era imposible.De fútbol no se vio nada. Los jugadores luchaban por mantenerse en pie y sólo proponerse jugar el balón ya era todo un mérito. El balón se acercó en escasas ocasiones a alguna de las dos porterías, ya que, tras cada patada, se quedaba aprisionado en el barro o flotando en una charca, a merced del primero que llegara para mandarlo a otra charca.
A medida que el reloj avanzaba, la situación empeoraba. Durante todo el partido llovió intensamente y las pisadas de los jugadores no contribuyeron a mejorar el estado del suelo, sino todo lo contrario. Las zonas más pisadas se convirtieron en puro barrizal y las menos transitadas eran enormes charcos en los que el balón incluso llegaba a flotar.
En el descanso se habló seriamente de la posibilidad de suspender el partido. Los jugadores veían que era imposible jugar, pero el árbitro no se decidió. La presencia del público en las gradas y la dificultad para encontrar fecha, dado lo apretado del calendario, decidieron al colegiado a forzar a que el partido se reanudase.
Los jugadores desplegaron un gran esfuerzo y corrieron los 90 minutos sin éxito y, sobre todo, con la convicción de que no podían hacer fútbol. Todo el partido se consumió con él patadón para adelante, un poco a lo que saliera. Algunos jugadores intentaron acciones individuales, con la téccla propia de los campos encharcados: pegarle al balón por abajo para. que no ruede, cosa imposible, sobre el agua, sino que avance tramos de pocos metros para recogerlo otra vez más adelante. Butragueño consiguió así una penetración individual, pero el portero la desbarató.
El Celta presionó más, sacó varios, cómeres y tuvo algunas oportunidades, pero no acertó en el remate.
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