60 interinos en Europa
Pocos de los primeros eurodiputados volverán a Estrasburgo después de junio
El Congreso de los Diputados hizo públicos el pasado miércoles los nombres de los 60 parlamentarios que acudirán el próximo 1 de enero al Parlamento Europeo. Nadie duda de que va a ser intenso, pero efímero, el mandato de estos pioneros españoles en las instituciones europeas. Las direcciones de los partidos afirman que muy pocos eurodiputados van a repetir cuando, previsiblemente en junio, se celebren las primeras elecciones al Parlamento Europeo en España. Tienen asegurada una esmerada enseñanza de francés e inglés, un conocimiento profundo de las instituciones comunitarias, pero a muchos de ellos, ni las 500.000 pesetas de sueldo les servirán para superar la imagen de una situación que ya se adivina rutinaria: siete de la tarde, una cama y un televisor de la habitación de un hotel de Bruselas.
El bloque de 60 españoles se desmembrará en función de la adscripción ideológica a la que pertenezcan. La Coalición Popular, que lidera Manuel Fraga en España, se romperá en Bruselas en varios pedazos. Los 13 aliancistas puros se integrarán de manera natural en el Grupo Conservador europeo, acompañados por Pío Cabanillas, que engrosa la lista popular a propuesta del liberal José Antonio Segurado; los tres hombres del Partido Demócrata Popular son esperados en el Grupo DemocristianoEl numeroso sector democristiano europeo recibirá también de España a Antoni Durán i Lleida de Unió Democrática de Catalunya, así como a los dos diputados del Grupo Nacionalista Vasco, Ion Gangoiti y Andoni Monforte. El diputado de Convergéncia Carles Gasoliba no tiene aún muy decidido dónde ocupar escaño; será en la reunión del día 15 del Consejo Nacional de Convergéncia Democrática de Catalunya donde se discuta el mejor encaje ideológico de los convergentes.
Los liberales europeos ya les han abierto sus brazos, habida cuenta de sus cordiales relaciones con Miquel Roca Junyent, que, además de secretario general en funciones de Convergéncia, es inspirador del Partido Reformista Democrátic, fuerza política que cuenta con el reconocimiento del liberalismo internacional.
Juan María Bandrés, diputado de Euskadiko Ezkerra, al conocer su designación como eurodiputado, por la vía del sorteo, entre los miembros del Grupo Mixto, declaró inmediatamente su segura inserción en el grupo arco iris del Parlamento Europeo, formado por partidos ecologistas, radicales y nacionalistas de derecha.
La 'tutela' de Barón
Los 36 parlamentarios socialistas españoles se presentarán compactos en Europa, donde ya tienen denominación: la fracción española del Grupo Socialista. El pasado jueves, la dirección del PSOE, encabezada por su presidente, Ramón Rubial, convocó a sus euros en un acto en el que se habló de cuestiones prácticas, tales como los asesores que podrán contratar, los despachos que podrán utilizar y el dinero del que podrán disponer. Todos ellos, bajo la tutela del presidente del grupo, Enrique Barón Crespo, ex ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, seguido en el mando por el diputado Luis Planas, investido de secretario general.
Estos eurodiputados in péctore tienden a mostrar una imagen de sacrificio por España y por el partido cuando se les requiere su impresión ante el cambio humano y profesional que se les viene encima. "Humanamente me supone un quebradero más de carácter familiar", dice el diputado de AP Antonio Navarro, que se propone trabajar activamente en la Comisión Europea de Agricultura. "Es un momento difícil, porque además no puedes descuidar tu circunscripción en vísperas electorales, y mi futuro tengo claro que está en el Parlamento español", dice Navarro, convencido de que no le obligarán a presentarse, previsible mente en junio, en las listas electorales al Parlamento Europeo.
Todo ven inconvenientes aun que se les recuerde las 500.000 pe setas que van a percibir mensual mente, la oportunidad de estar en contacto con las instituciones europeas o lo apasionante de pasar tres de las cuatro semanas del mes entre Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo. "El transporte fatiga mucho, hay que tener en cuenta las horas de espera en aeropuertos, y, por último, nada hay más desolador que estar a las siete de la tarde en la cama frente a un televisor de la habitación de un hotel", describe imaginariamente un eurodiputado en ciernes. La obsesión por el presunto aburrimiento de la vida en las tres capitales europeas es común en los 60. "Aunque conozcas el idioma, resulta triste ir al cine y escuchar una película en francés; no tienes amigos y acabas con tus compañeros de siempre hablando siempre de trabajo", comenta un parlamentario socialista.
"Yo no encuentro especiales diferencias con respecto a la vida en España, continuaré cogiendo el avión todos los fines de semana al igual que hago ahora para ir a Lérida desde Madrid", afirma Antoni Durán i Lleida, el más optimista de los consultados. "Trastornos, ninguno: como yo soy soltero, sólo veo expectativas interesantes", espera el diputado catalán, más preocupado por la vida profesional que por la personal. "En estos seis meses quiero aprender el máximo posible, porque yo no voy a volver, seré en la próxima legislatura otra vez diputado nacional", augura Durán.
A no ser que en los seis meses de estancia la experiencia llegue a entusiasmar, lo cierto es que pocos de los ahora elegidos muestran interés alguno en volver a Europa revestidos de la satisfacción que otorga el voto popular.
Juan Colino, diputado socialista y presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso, otorga a su próxima aventura europea un valor sentimental. "He sido diputado en las primeras Cortes democráticas en España; después, con la llegada de mi partido al Gobierno, y ahora formaré parte de la primera delegación de parlamentarios españoles en Europa", dice.
"El 70% de lo que se hace en la Comunidad en agricultura, y a partir de ahora las decisiones en esa materia se tomarán en Bruselas y no en España, por lo que me parece muy importante nuestra labor", asegura Juan Colino. Después, lo menos gratificante, la parte humana: "Es una experiencia vital muy dura, Bruselas es terrible". En Bruselas, donde se reúnen los diferentes grupos parlamentarios, pa sarán estos eurodiputados la primera semana del mes. La siguiente será en Estrasburgo, lugar de celebración de los plenos. Por último, Luxemburgo, con reuniones de comisión.
El diputado socialista José Vázquez Fouz reconoce que no ha narrado en casa con detalle este plan de vida. "Humanamente se me abre una incognita. Tengo siete hijos, y para mí la familia es primordial pero esta vez he tomado la decisión de ir a Europa quizá sin todas las consultas necesarias", dice Vázquez Fouz, que asegura no haber podido resistir la tentación europea".
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