El Athlétic jugó con desahogo
El Athlétic, con dos goles de penalti y uno firmado por Sarabia, venció con facilidad a un voluntarioso, pero flojo, Rácing. Ambos penaltis fueron provocados por Julio Salinas, un patas largas especialista en la cosa que ayer, además, marcó un gol injustamente anulado y estableció con Sarabia el diálogo previo al tanto del gallartino. Ambos delanteros formaron con Goikoetxea el trío de destacados del Athlétic. El Rácing es un equipo de honrados trabajadores del fútbol. No es de extrañar que Isidro, durante tantos años albañil del Madrid, haya acabado en El Sardinero.
El Athlétic salió ayer con una alineación coherente, lo que facilitó el buen funcionamiento general: cada cual pudo ocuparse de hacer aquello que sabe. La presencia de Núñez, cubriendo las espaldas de Goikoetxea, dio mayor desahogo a éste para sus incursiones hacia arriba, permitiéndole cazar cuatro o cinco envíos aéreos que se fueron desviados por poco. La proximidad de Julio dio ocasión a Sarabia para ensayar paredes.
Argote, sin necesidad ayer de demostrar el imposible lógico de que es tan fogoso como el que más, pudo dedicarse a lo suyo: domar el balón, desbordar, centrar con temple... Por cierto, que no se entiende que, estando en el campo "el mejor centrador del mundo" -en palabras de su entrenador-, no sea Argote el encargado de botar todas las faltas producidas en campo rival. Gallego, desbordante de fuerza, protagonizó varias arrancadas con mucha garra y De Andrés sigue teniendo imán para robar balones.
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