Ningún directivo del Madrid sabe lo que gana El Buitre
Ningún directivo del Real Madrid sabe lo que ganará Emilio Butragueño, El Buitre, en los próximos cinco años. Ramón Mendoza, presidente del club, pidió en una reunión de junta carta blanca para-negociar el contrato de la estrella del equipo de fútbol, y fue él directamente quien cerró la negociación con el jugador. Mendoza llegó a comentar en una reunión de junta directiva que sólo los responsables económicos tendrán "en su momento" conocimiento del contrato de El Buitre.El cariz individualista del mandato de Ramón Mendoza se pone de manifiesto en la evidencia de que ninguno de sus directivos conoce las cifras del contrato suscrito hace varias semanas con Emilio Butragueño.
Desde que Mendoza y Butragueño anunciaron su acuerdo en la renovación anticipada del jugador -acababa contrato el 30 de junio de 1986- hasta 1990, el presidente madridista ha guardado celosamente las cifras. Para ello ha evitado que ninguno de sus directivos las conociera e incluso llegó a afirmar en tono irónico en una reunión de junta que le daba vergüenza comentarlo.
Sin embargo, pese a que esta decisión se aleja de lo que se entiende por una actuación colegiada, directivos consultados por este periódico, tras indicar que el presidente es así", dejan ver su apoyo, en la mayoría de los casos, a la individualista gestión de Mendoza. "A Butragueño", afirman, "había que renovarle costase lo que costase, y éste es un dato incuestionable. ¿O es que el Madrid podía dejar que se lo llevara el fútbol italiano o, peor aún, el Barcelona?".
Butragueño tenía un contrato de seis millones de pesetas al año, y ofertas de clubes italianos y del Barcelona superiores a los 100 millones anuales. Tras su renovación por el Madrid se han barajado cifras que oscilan entre 400 y 500 millones de pesetas de ficha por los próximos cinco años, cantidades que, según algunas impresiones, "pueden ser hasta cortas".
La situación de Gallego -
En situación similar aparece el caso del centrocampista internacional Ricardo Gallego. Ramón Mendoza anunció en una de las últimas reuniones de junta que ya había firmado el contrato de renovación del jugador, por otros cuatro años, aunque tampoco quiso exponer en público las cifras del mismo.
El mayor contratiempo sufrido hasta ahora por la directiva se ha producido en tomo a lo que algunos dirigentes consideran "un grave error burocrático": no haber consultado a la UEFA qué ocurriría en caso de que el club llevase publicidad tras haber aceptado lucir en sus camisetas, sin contraprestación económica, el logotipo Barcelona 92.
El Madrid comenzó a lucir dicho logotipo; posteriormente, en una gestión personal del presidente del club, logró la publicidad de la leche Parmalat por dos temporadas y a cambio de 220 millones de pesetas, y la UEFA no autorizó para partidos de competición europea dicha publicidad, por entender que las camisetas ya habían llevado Barcelona 92 y no podía cambiarse.
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