El atletismo comienza a interesar publicitariamente a las firmas comerciales
El contrato firmado recientemente por José Manuel Abascal con Hergóm (15 millones de pesetas por tres años) y el que está a punto de cerrar José Luis González con Larios (20 millones también por tres años) a través de la agencia Unipublic han convertido a los mejores atletas en figuras publicitariamente rentables. Sus camisetas ya tienen una alta cotización. Mientras tanto, la Federación Española de Atletismo continúa a la búsqueda de un patrocinador para el equipo nacional, ya que no acaba de encontrarlo.
La irrupción de este dinero en el atletismo es algo nuevo en España, pero no en el extranjero, donde los mejores firman elevados y dispares contratos publicitarios no sólo por lucir en la camiseta el nombre de una firma comercial, sino también por hacer publicidad en los medios de comunicación o prestar su nombre a unas zapatillas a cambio de un dólar por par vendido.La entrada de la publicidad en el atletismo español llegó en cuanto surgieron unas figuras con imagen para vender. Antes de que Abascal ganara una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 o de que González realizara la quinta mejor marca de todos los tiempos en los 1.500 metros, José Marín y Jordi Llopart ya habían logrado mayores éxitos olímpicos y mundiales. Pero los rnarchadores no venden.
La publicidad ha buscado atletas que tengan una intensa actividad. Mientras un marchador no tiene más de 10 competiciones al año, un mediofondista llega a las 40 y, lo que es más importante, si tiene la categoría de Abascal o González, tendrá siempre abierta las puertas de cualquier reunión que se realice en Europa.
La primera empresa en intentar hacer una gran campaña publicitaria en el atletismo fue Tabacalera Española para promocionar Diana, pero fue abortada ante la oposición de los clubes, que veían cómo los atletas se les iban de las manos. Ahora Unipublic, la misma agencia que hacía de intermedaria con Tabacalera, ha vuelto a la carga y hoy presenta su operación,
Unipublic pretende que González sea su estrella, pero no el único atleta contratado. Lo que hace la agencia es gestionar la explotación comercial de las camisetas y la ginebra Larios es la que ha respondido con mejores condiciones. Javier Moracho y Colomán Trabado también entrarían en el paquete publicitario, aunque sin llegar a las cifras que percibiría González.
En esta explotación Abascal fue el pionero. Hace poco más de un mes firmó con Hergóm un contrato por el que percibe 15 millones, repartidos en tres años, a cambio de lucir en la camiseta el nombre de la empresa santanderina de cocinas.
Los clubes
Esta operación de Unipublic, al contrarío de lo que sucediera con la de Tabacalera, no ha sido paralizada por los clubes. Hace un año fue Miguel Ángel Monjas, presidente del MAM, madrileño, el que encabezó una protesta generalizada. Ahora sigue opinando lo mismo: "¿Han pensado los atletas que los clubes podemos hacer lo mismo que Unipublic? Éste es el momento de decir que podemos prescindir de 190 deportistas, deshacer el club y hacer publicidad con 10 o 20. Todos iríamos a los más rentables y, por esta cadena, destruiríamos casi todos los clubes".El presidente del MAM también ve afectada la imagen del atletismo con esta campaña: "¿Cómo quedará este deporte, recomendado por todos y para todos como una panacea para la salud de un pueblo sano, cuando los propios deportistas luzcan en su pecho, sirviéndose de soporte publicitario, el mensaje de un producto reconocido como nocivo para la salud?"
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