Empresarios del transporte de toda España amenazan con bloquear Madrid

El colectivo de transportistas nacionales de viajeros por carretera, conocidos vulgarmente con el nombre de autocares piratas, amenazó ayer en conferencia de prensa con bloquear Madrid si la Administración central se niega a solucionar su situación de ilegalidad.Un portavoz del grupo de empresarios, que se reunieron ayer para constituir una sociedad, Tradibus, SA, que represente y defienda sus intereses, manifestó que Ia Administración socialista está preparando una nueva legislación para el transporte sin contar con nosotros para nada".

El colectivo recurrirá, en primer lugar, al Defensor del Pueblo y solicitará una entrevista con el ministro de Transportes, Abel Caballero. "Si los procedimientos legales y de diálogo", explicó un portavoz de los empresarios, "no dan resultados positivos, estamos decididos a adoptar medidas de presión, entre las que se encuentran bloquear Madrid utilizando nuestros autocares".

Los piratas del transporte, que en la actualidad son unas 300 empresas con un total de 1.500 autocares en circulación y un volumen anual de viajeros superior a los tres millones, protestan porque hasta el momento los responsables de los distintos Gobiernos que se han ido sucediendo desde que iniciaron su actividad, a finales de los años cincuenta, han consentido que realizaran el servicio e inauguraran nuevas rutas sin concederles ninguna autorización legal.

"La situación es todavía más grave", dijo uno de los empresarios, "si se tiene en cuenta que las rutas que nosotros abrimos nos son retiradas cuando ya son rentables para concedérselas a las grandes empresas del transporte, entre las que se encuentra Renfe". Uno de los abogados que se encarga del asesoramiento de estos empresarios manifestó que la legislación que regula el transporte en España "se ha quedado obsoleta".

Los autocares piratas, según sus propietarios, disponen de tarjeta de transporte, todo tipo de seguros, incluido el obligatorio de viajeros, y han pasado la inspección técnica. "El único problema", añadieron, "es que no tenemos permiso para realizar lo que es una práctica habitual y lógica desde la aparición de este tipo de transporte: cobrar un billete individual a cada pasajero".