La selección juvenil disputa hoy la primera final de la historia del fútbol español en un campeonato del mundo

Una selección española disputa la final de un Campeonato del Mundo de Fútbol por vez primera en la historia. Esta tarde, a partir de las cinco (retransmitido en directo por TVE 1), la selección juvenil nacional, dirigida por Jesús Pereda y formada por jugadores; menores de 19 años, se juega el título ante Brasil, equipo que ya derrotó a España en la fase previa por dos goles a cero. El acceso a la final , ya constituye un importante éxito, conseguido pese a los escasos cinco días previos de entrenamiento del conjuato de Pereda.

"No renunciamos al título. Que Brasil nos ganara en la fase previa no significa nada, aunque los chicos sí pueden acusar el cansancio y el enorme desgaste que tuvieron en las semifinales frente a la selección de la Unión Soviética", afirma Jesús Pereda, seleccionador nacional juvenil. Pereda no oculta que le tenía más miedo al poderío fisico de los soviéticos que a la técnica brasileña "a pesar de la derrota en nuestro grupo".España comenzó con dificultades este campeonato mucho antes de que se iniciara oficialmente. Pereda apenas pudo disponer de cinco días de entrenamientos para conjuntar a los chavales elegidos, a los que se llevó a su pueblo burgalés de Medina de Pomar. El seleccionador juvenil se encontró con los problemas de siempre, con clubes que se negaban a ceder jugadores por entrar ya en compeitición liguera -casos del Valencia y Osasuna-, con el retraso en la incorporación al equipo del gaditano Francis y con la ausencia por lesión de la principal figura del grupo, el madridista Martín Vázquez.

En la fase inicial se acentuó el pesimismo. España no pudo pasar del empate a cero con Arabia S audí, perdió por 0-2 ante sus rivales brasileños de hoy y sólo el triunfo por 4-2 ante Irlanda, unido a la victoria de Brasil sobre Arabia, le concedió el pase a los cuartos de final. En ellos el equipo dé Pereda superó a Bulgaria por 2-1 y se metió de manera sorprendente en las semifinales, en las que se presentó ante el cuadro anfitrión, la Unión Soviética, sin aparente opción al triunfo.

Sin embargo, un meritorio empate a dos goles, conseguido en el último minuto de la segunda parte de la prórroga, y mejor fortuna y acierto en los lanzamientos desde el punto de penalti, en los que se impuso por 4-3, llevaron a España a la final.