Flushing Meadow espera ansioso el duelo McEnroe-Becker
El Open de Estados Unidos, el tercer torneo del año del Grand Slam de tenis, discurre poco a poco, con unos inicios tranquilos sin apenas sorpresas, a la espera de la segunda semana decisiva. Este año el partido más esperado no es la final, sino el que enfrentará, en cuartos de de final, al alemán occidental de 17 años Boris Becker, campeón en Wimbledon y al estadounidense John McEnroe.
ENVIADO ESPECIAL
Este año el torneo de Flushing Meadow se divide así en el antes y el después de ese partido. Becker se ha convertido en algo parecido al cometa Haley, y su aparición en el firmamento del tenis, ha atraido todas las miradas y eclipsado el romántico interés por las estrellas conocidas.Becker, como Haley, es un negocio fulgurante y una obsesión. Las camisetas con su nombre se han agotado ya ell Flushing. Meadow, y las marcas que suscribieron contrato con él, cuando sólo era una promesa, cuentan por millones sus beneficios en los últimos meses. No es extraño, pues, que la aparición de este cometa tenístico, que además recientemente se permitió el lujo de eliminar a Estados Unidos en Copa Davis, haya sido aprovechada por la televisión y los organizadores del torneo para aumentar más sus beneficios y relanzar el interés por el tenis, algo mustio en los últimos años por el dominio constante de los mismos jugadores y la excesiva predisposición defensiva de muchos de ellos. En Flushing Meadow se esperan nueve millones de dólares en beneficios (más de 1.440 millones de pesetas), y la CBS, que posee los derechos televisivos, repite sin cesar la convocatoria para el próximo miércoles por la noche.
Para que Becker y McEnroe entren juntos en la jaula de Flushing Meadow aún les queda superar dos pequeños escalones. McEnroe deberá ganar a su compatriota Bud Schultz y, a continuación, a Jimmy Arias o al checo Tomas Smid. Becker jugará contra el neocelandés Evernden y, después, contra el sueco Nystrom, un jugador muy inteligente pero con pocos recursos en esta pista tan rápida.
Flushing Meadow vivirá entonces su día D. Para beneficio de la televisión, que quiere la mayor audiencia posible para conseguir los mayores ingresos publicitarios, el partido ha sido colocado en la jornada nocturna. La noche conlleva una mayor agresividad en el público, excitado tras el trabajo por las cervezas y las hamburguesas, y una mayor presencia de los aviones. Este es uno de los pequeños cambios que se han registrado en el torneo de este año. Los organizadores han llegado a un acuerdo con los responsables del cercano aeropuerto de La Guardia para que los aviones que sobrevuelen las pistas lo hagan al aterrizar y no, como hasta ahora, al despegar. Los expertos sabrán si el ruido es menor. Ayer, inicio de un largo fin de semana que finalizará el martes -el lunes se celebra la festividad del trabajo en Estados Unidos- los aviones se sucedían cada minuto sobre el cielo del Flushing Meadow y el ruido de sus motores tardaba 35 segundos en apagarse desde su aparición en el horizonte.
Un antecedente
McEnroe, motivado ahora por la aparición de un rival que puede divertirle y ganarle en la pista, ya sólo habla de su hipotético partido de cuartos de final: "Espero que respete a los mayores. De momento tiene una fuerza que me parece increíble". Becker dejó entrever sus sentimientos con una frase entre admirativa y amenazante: "Me gusta mucho tener que jugar contra McEnroe, porque él es el número uno, y yo quiero llegar a serlo". Becker y McEnroe sólo han jugado una vez, en Milán, el pasado mes de marzo, y ganó John por 6-4 y 6-4. Pero no hay que olvidar una frase de Günter Bosch, el entrenador del alemán: "Boris casi nunca pierde dos veces con el mismo jugador".Hasta el momento todos los favoritos siguen adelante sin excesivos dolores de cabeza. Ayer, con calor y mucha humedad, cayó un cabeza de serie, Scott Davis (EE UU, 15) ante su compatriota Brian Teacher por 6-3, 7-6 y 6-3. Davis acompaña así en la tristeza a Curren (EE UU, 5), finalista en Winibledon y eliminado por el francés Forget en la primera ronda, a Sundstrom (Suecia, 14), y Kriek (EE UU, 12). Connors (EE UU, 4) batió a su compatriota Pfister por 6-3, 64 y 6-2. El francés Leconte venció a Forget por un triple 6-4, mientras el hi spano- argentino Martín Jaite vencía al uruguayo Diego Pérez por 6-3, 7-6 y 6-3.
Entre las chicas, una vez más, todo está limitado a una carrera entre Chris Evert y Martina Navratilova para saber cuál de las dos se presenta en la final con menos juegos perdidos. Sólo Kathy Rinaldi (EE UU, 9) ha sido eliminada entre las cabezas de serie, aunque ayer Pam Shriver (EE UU, 4) pasara ciertos apuros para ganar a la china Hu Na, exiliada en Estados Unidos, por 6-3 y 7-6 (7-5).
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