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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Melodrama urbano

Existen opiniones contrapuestas sobre los méritos de Ciudad de conquista.. Para unos es un discreto melodrama sobre el mundo del boxeo, tema más que habitual en el cine americano, que a menudo buscó en las victorias logradas en el ring, con sus secuelas médicas y morales, una metáfora de la dureza de la lucha por la vida en una sociedad en la que el triunfo cuenta muchísimo más que el camino seguido para llegar hasta la cúspide. Ciudad de conquista tiene también defensores convencidos, como Clive Hirschhom, que considera que la película "capta la personalidad de la mayor metrópolis del mundo con detalle, amor y lirismo". Esa metrópolis es Nueva York, decorado en el que transcurren las peripecias del camionero-boxeador encarnado por James Cagney.La fisicidad de todas las interpretaciones de Cagney, que impone su peculiar ritmo y crispación a los personajes, es aquí una característica muy adecuada a las necesidades del relato. Y Ann Sheridan como novia que sufre al ver los berenjenales en los que se mete su amado es también una buena elección. El resto del reparto ofrece varias sorpresas agradables. De entrada la, del debú de Arthur Kennedy, en un increíble papel como músico de sensibilidad extrema, hermano de Cagney; en papeles episódicos, ambos como gánsters de pelo engominado y exagerada elegancia, aparecen Anthony Quinn y un jovencísimo Elia Kazan. En tareas de mayor envergadura figuran Donald Crisp, Frank Craven o George Tobías, eternos y eficaces secundarios.

Director de estudio

El director, Anatole Litvak, es un centroeuropeo afincado en Hollywood que nunca llegó a destacar demasiado a pesar de que todo su trabajo es de una pulcritud y sensatez irreprochables. Litvak -al que por cierto homenajeaba Julio Cortázar en uno de sus cuentos, reconociéndole los valores del artesano que sabe contar- era lo que se ha dado en llamar un director de estudio, persona de confianza de la empresa en la que trabaja -en este caso la Warner- y a la que se encargan todo tipo de trabajos, excepción hecha de los considerados de mayor lucimiento, que eran para "los artistas". El tiempo, a veces, ha demostrado que el talento -artístico no siempre estaba en los genios oficiales, sino que también entre los funcionarios de la imagen podía haber algo más que técnica. De cualquier modo, Ciudad de conquista es un típico producto de Hollywood de los que se benefician de la máquina de producción que les arropa al mismo tiempo que también les asfixia un poco con su uniformización.Las andanzas de Cagney en el mundo del hampa resultan convincentes, como convincente es la pintura que se nos hace de la gran ciudad, siempre siguiendo la tradición de idealización de los orígenes rurales o provinciales, enfrentados a la corrupción que reina bajo el brillo aparente de la capital. El melodrama desarrolla este tema, salpicándolo de combates, descripciones de miseria social o de una patética ceguera. El actor, que hacía poco había regresado a la Warner después de un breve período de ruptura que para él significó reingresar por la puerta grande y con un sueldo mucho más alto, se beneficia de que todo parezca hecho a su medida.

Ciudad de conquista se emite hoy a las 15.35 horas en TVE-1.

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