Enfrentamiento entre Torner y Brunet en la selección española
José Enrique Torner, delantero del Barcelona que el pasado sábado consiguió en Barcelos (Portugal) dos de los seis goles que convirtieron de nuevo a España en campeona de Europa de hockey sobre patines, declaró ayer que ha perdido la ilusión por volver al equipo nacional después de haber tenido serios y graves enfrentamientos con el nuevo seleccionador, Jordi Brunet. "Si esto no se arregla, no tengo ningún interés en volver a la selección, pues no quiero ser un estorbo ni una carga para mis compañeros, que me han defendido en todo momento". Brunet, por su parte, aseguró: "Lo que le pasa a José Enrique Torner es que está acostumbrado a hacer lo que quiera. Cuando sea mayor se dará cuenta de lo que está diciendo".El enfrentamiento, que se ha descubierto nada más concluir el campeonato de Barcelos, es bien sencillo. José Enrique Torner empezó su carrera como delantero, pero tanto en el Liceo como en el Barcelona, sus dos últimos equipos, ha venido desarrollando labores de medio-punta debido, fundamentalmente, a la necesidad que tiene de contar con pista por delante para poder aprovechar su habilidad, técnica y rapidez. Brunet le pidió a Torner que en la selección jugara de delantero, "pues la defensa la tenemos cubierta con Vila-Puig y Alabart". El azulgrana se resignó, pero insistió en que no se encontraba a gusto.
En la final del torneo Oliveras de la Riba, en el que España derrotó a Portugal, Torner se sintió ahogado por la defensa de pressing realizada por los portugueses. Tras aquel encuentro, Brunet le reconoció que se había equivocado. Torner no pudo jugar el primer partido del Europeo y, al plantear el segundo, Brunet le dijo que jugaría atrás con Vila-Puig, pero, al dar la alineación, Torner debía jugar delante con Pauls. Cuando España perdía ante la RFA, Brunet retrasó a Torner, que consiguió el tanto de la victoria. Algunos seleccionados acusan a Brunet de ser más relaciones públicas que técnicc y de tratarles mal en el descanso del partido ante Holanda -única derrota de España en el Europeo-, así como de criticar duramente la actuación del portero Huelves -que sería la figura de la final-, que, en una ocasión, se quedó llorando en el vestuario.
Los seleccionados llegaron incluso a cortar una discusión que mantenían Torner y Brunet poco antes del decisivo partido ante Portugal. El jugador azulgrana, a igual que el resto de compañeros saltó a la pista de Barcelos poco motivado.
Pese a todos estos problemas internos, España logró un brillante triunfo por 6-2 y se adjudicaron una vez más el título continental.
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