_
_
_
_
_

El Madrid busca fórmulas para corregir la mala imagen que se ha creado

La plantilla del Real Madrid se plantea la adopción de una medida conjunta, aún por decidir, "para salir al paso de la imagen falsa que se ha creado sobre conductas de carácter privado", según señaló a EL PAÍS uno de los jugadores de mayor carisma del equipo. La directiva buscaba también ayer fórmulas con los expedientados para salvar con dignidad el daño moral del informe privado, hecho público, de Amancio Amaro sobre algunos jugadores. El silencio acompañó el martes la intervención de Juanito minutos antes del relevo del técnico: "Si tuviéramos dignidad, ese señor (por Amancio) no entraría aquí".

Varios fútbolistas de la plantilla madridista tienen la impresión de asistir, "entre sorprendidos e indignados", a una especie de "linchamiento público, en el que parece haber personas interesadas en alardear de su conocimiento de cuestiones estrictamente privadas y de las que, casualmente, nadie ha hablado nunca hasta que apareció el informe del entrenador cuando la directiva decidió su cese".Alguno va más lejos: "Es como si a partir de ahora entráramos en una especie de boomerang y se sacara punta, por ejemplo, al hecho de que el entrenador pueda jugar a las cartas hasta bien avanzada la madrugada un viernes previo a algún partido importante y eso se relacionara con la táctica que luego empleó y que pudo causar una nueva derrota; o que se recuerde cómo, tras una final perdida en Atenas contra el Chelsea [en la época en que Amancio todavía estaba en activo], casi todos los jugadores, menos Ignacio Zoco, se fueron a divertirse; o que varios directivos subieron personalmente cervezas y copas a los jugadores tras el triunfo de Tottenham; o que, después de la victoria frente al Anderlecht, hubo celebración de técnicos y fútbolistas en el hotel Monterreal hasta bien entrada la madrugada. Se ha desmadrado todo".

Espía nocturno

Según varias fuentes, Amancio se convirtió en espía nocturno la ya célebre noche milanesa al tener conocimiento de que Jorge Valdano había hablado mal de él ante un candidato a la presidencia del Madrid y ante más testigos, uno de los cuales se lo contó al entrenador destituido.Amancio se picó y comenzó la vigilancia. Luego descubrió el retraso de Valdano y Butragueño, tras su entrevista con Menotti, y la fiesta nocturna posterior, según su informe, a la que se sumaron en la habitación de Lozano. Amancio llamó a la puerta a las cuatro de la madrugada, Lozano abrió y el técnico dijo: "¡Qué bonito!". Valdano le replicó: "¿Pasa algo?", a lo que contestó Amancio: "¿Usted qué cree?". "Nada, estamos tomando una copa", cortó finalmente el internacional argentino. El enfado de Amancio subió de tono y se marchó.

A la vista del grave daño moral hecho por la aparición pública del informe privado sobre conductas extradeportivas, los más altos dirigentes del Madrid buscaron ayer la fórmula más adecuada para paliar la situación, tras contactos al mediodía entre algunas de las personas implicadas en la difusión del informe, no sólo fútbolistas y directivos.

Todo podría cerrarse, aparentemente, con una petición de los tres capitanes del equipo, Miguel Ángel, Santillana y Camacho, para que Lozano y Juanito vuelvan a entrenarse esta misma semana y que el expediente siga su curso. Incluso podría mediar el propio Luis Molowny. También se pensó, como casi siempre, en cuál podría ser el mejor tratamiento periodístico para un asunto tan grave.

Polémica

Pocos jugadores de la plantilla optan en las actuales circunstancias por realizar manifestaciones que puedan resultar polémicas, "porque todos debemos estar ahora centrados en eliminar al Inter y salir de esta crisis". Hay diez jugadores que terminan contrato -Stielike, Santillana, Isidro, Fraile, Juanito, Miguel Ángel, San José, Pineda, Ángel y García Remón- y queda una plantilla que, a lo largo de la temporada, ha perdido su carácter homogéneo, su unidad de criterio, y que se ha enfrentado a los problemas con evidente desunión en función del carácter de cada una de las 23 personas del grupo: algunos, más conflictivos por sus fraseis y actitudes en el vestuario ante una situación deportiva individual y colectiva frustrante, y otros, obviamente, más silenciosos o menos dados' a expresiones en grupo por responsabilidad, timidez o inexperiencia.Sobre Juanito -apoyado por Lozano, Valdano, San José y otros- recaen las principales insinuaciones de atentar contra Amancio. A algún directivo le ha llegado incluso la confidencia técnica de que algunos daban la impresión de hacer caso omiso de las recomendacionens técnicas sobre este o aquel marcaje, cuando, en realidad, se pueden contar con los dedos de una mano, según un miembro de la plantilla, a los jugadores que en el transcurso de la temporada no han criticado abierta o encubiertamente al entrenador y al preparador físico.

El vestuario madridista estuvo a punto de estallar el pasado martes antes del acto del relevo de Amancio por Molowny. Bastantes jugadores llegaron indignados por ese informe privado del técnico.

Juanito, pese a ser consciente de que ello iba a aumentar el distanciamiento que ya mantiene con varios de los componentes de la plantilla que no están de acuerdo con él -desde hace dos años no se habla con Stielike por unas polémicas declaraciones del alemán contra él-, alzó su voz: "Si hoy en esta plantilla tuviéramos dignidad, el señor entrenador [por Amancio] no entraba aquí. Todos sabéis que ha querido salvar la catástrofe de este equipo metiéndose con dos jugadores que no han sido decisivos porque han jugado muy poco. Pero aquí hay muchos falsos que sólo hablan por la espalda de compañeros y de los entrenadores". Nadie respondió.

Segundos después, cuando el ambiente seguía siendo tenso, entraron en el vestuario el presidente del club, Luis de Carlos, a quien acompañaban el propio Amancio Amaro y Luis Molowny. El acto del relevo del técnico comenzó inmediatamente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_