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La derecha salvadoreña quiere anular el triunfo electoral de Duarte

La coalición ultraconservadora salvadoreña, derrotada inesperadamante por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) en las elecciones del domingo, ha impugnado los comicios y ha bloqueado el proceso electoral al retirarse del Consejo Central de Elecciones, organismo encargado de realizar el escrutinio. La Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el Partido de Conciliación Nacional (PCN) reclaman tres de los escaños que se cree ganó el PDC, con lo que democristianos y derechistas estarían empatados a 30 diputados en la Asamblea de San Salvador.

Los ultraconservadores alegan que el PDC de José Napoleón Duarte se valió de la infraestructura gubernamental para allegar votos en determinadas localidades y que incluso el Ejército abandonó su neutralidad para ayudar al partido del presidente. En consecuencia, impugnan los comicios.El representante del PDC en e Consejo Central de Elecciones (CCE), Mario Samayoa, manifiesta que la ley electoral es clara e impone que "si se comprueban las denuncias expresadas habría que repetir la votación en los municipios mencionados, pero nunca en todo el país".

Arena y el PCN pretenden forzar la situación hasta el extremo, y el modo más efectivo que han encontrado para paralizar el proceso electoral ha sido abandonar el CCE, integrado por un representante de cada uno de los tres partidos, y que sólo puede tomar decisiones con dos votos.

Esta cláusula -adoptada como medida de seguridad y bloqueo por una derecha que elaboró una ley electoral que dejaba pocos resquicios para la sorpresa, aunque ésta finalmente se produjera el domingo- permite incluso que estos dos partidos estén en condiciones técnicamente irreprochables de anular los comicios, ya que el CCE es la suprema instancia para fallar sobre cualquier conflicto electoral.

Así pues, el PDC, que consiguió una clara victoria el domingo en unos comicios que han sido los más limpios de los últimos años, parece abocado a no contar con la mayoría concedida por las urnas al tener que negociar con los ultraconservadores tres escaños. De hacerse efectivo este trasvase, la Asamblea estaría dividida en dos grupos de 30 diputados.

Los analistas consideran que la derecha ha dado un salto en el vacío al enfrentarse al Gobierno, al Ejército y a la Embajada norteamericana.

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