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La tercera ampliación del Mercado Común

Mensaje a la nación del presidente del Gobierno, Felipe González

"Hoy, con honor y satisfacción, me dirijo a todos los ciudadanos y los pueblos de España para transmitirles el mensaje de esperanza en nuestro futuro. En la madrugada de hoy se ha dado un paso trascendental, irreversible para nuestra integración en la Comunidad Econónúca Europea. Más allá de cualquier avatar, que todavía pueda plantearse. Para España este hecho supone mucho. Como realidad histórica supone la superación de un aislamiento secular. Supone también la integración, la participación en un destino común con Europa occidental. Para la España democrática, para la España de la vivencia de libertad, supone también la culminación de un proceso de lucha de millones de españoles que han identificado la libertad y la democracia con la integración en la Europa occidental. Para España como realidad social, como realidad económica, supone sin duda un desafío; un desafío de modernidad y de competencia, un desafío al que estoy seguro que van a estar en condiciones de responder claramente nuestros trabajadores, nuestros empresarios, nuestros investigadores, nuestros profesionales, la sociedad entera, También supone mucho para los gobernantes.Es evidente que se ha hecho un largo recorrido de negociación, a veces penoso. Sin duda, siempre trabajoso. Gobiernos democráticos han empeñado su máximo esfuerzo para culminar esta aspiración, y hoy podemos decir que se ha dado este paso irreversible al llegar a un acuerdo con la Comunidad Económica Europea. Pero también quiero decirles lo que supone para Europa. Con cierta frecuencia hemos oído a líderes europeos hacer una afirmación que comparto plenamente. La Europa que firmó el Tratado de Roma, con la ilusión de conseguir la unidad europea, más allá de la propia cooperación económica, la unidad desde el punto de vista político y cultural. No estaría completa, se ha venido afirmando, hasta que no se produjera la integración de la Península Ibérica. Y eso es cierto. Por tanto, también para Europa supone la culminación de un proceso. De un proceso que hace que hoy la Europa comunitaria pueda ya encarar su futuro con 12 miembros.

Impulso democrático

España aporta muchas más cosas a Europa, y de eso tenemos que sentimos orgullosos. Aporta, por ejemplo, un acerbo histórico y cultural que explica la existencia misma de Europa; no es posible imaginar Europa sin esa historia de España que se ha integrado a través de muchos meandros y a lo largo de los siglos en esa realidad que se llama Europa. A pesar de un largo período de aislamiento y separación, España aporta un impulso democrático joven y nuevo. Una esperanza en una Europa política capaz de responder a los desafíos que hoy tiene planteados el mundo y Europa frente a ellos, pero además aporta una realidad humana muy importante, una realidad social de una extraordinaria trascendencia para el conjunto de Europa. Aporta su agricultura, aporta su capacidad pesquera, su industria, su servicio. España es, toda, la que se integra en Europa y el peso específico de España supone completar Europa y enriquecerla. Europa se enriquece con España y España, sin duda, se enriquece con Europa. Y es cierto que la dimensión exterior de España, su realidad histórica, no se agota sólo con la integración en la Europa comunitaria. España tiene también esa dimensión iberoamericana, honda y profunda, que hace que nos relacionemos fraternalmente con 300 millones de personas que hablan nuestra propia lengua. Pues bien, esa dimensión iberoamericana es también un dato clave de nuestra propia aportación a la Europa comunitaria.

Europa recibirá ese acerbo de la dimensión iberoamericana de España y nuestros hermanos de América del Sur también se beneficiarán de esa relación española con Europa. España también tiene la dimensión mediterránea que todo el mundo conoce, su relación con el norte de África, con los países árabes. Pues bien, nuestra integración en la Comunidad supone, asimismo, que Europa se acerca a esa realidad africana, a esa realidad mediterránea, y nos da, sin duda alguna, tina mayor responsabilidad. Hoy culminamos, por consiguiente, un proceso de negociación. No quiere decir que se haya firmado el tratado, puede incluso haber algún inconveniente de recorrido, pero hoy podemos afirmar que es irreversible nuestra integración en Europa.

Eso no supone más que el comienzo, a su vez, de una nueva etapa, una nueva etapa que dibuja en el porvenir como un gran desafío, como un gran reto para todos. Es, al mismo tiempo, el comienzo de un camino. España tiene que responder a ese desafío económicamente, socialmente, científicamente, culturalmente. Yo creo que estamos en condiciones de responder a ese desafío. Desde hoy, en pocos años, nuestras instituciones, nuestras estructuras económicas, sean agrarias o sean industriales o sean financieras, tienen que ponerse a la altura de una sana competencia con los países europeos. El esfuerzo de modernidad de España habría que hacerlo en todo caso entrando o no entrando en Europa, pero, una vez que iniciamos nuestro proceso de integración en la Comunidad Europea, es imprescindible que lo hagamos. No nos va a faltar ni coraje ni voluntad para superar ese desafío.

Construir el futuro

Ciudadanos, yo creo que el futuro de España puede construirse desde esa voluntad. Yo creo que tenemos la obligación y que vamos a cumplir con esa obligación de dejar a nuestros hijos una España con mayor nivel de educación, con mayor nivel de cultura, con mayor nivel de eficacia económica, con mayor capacidad de solidaridad. Una España que, en Europa y con Europa, juegue el papel que le corresponde por la propia historia de España, nuestra propia España, y que en Europa y con Europa juegue el papel que sea capaz de darle nuestra voluntad colectiva como pueblo, como nación. Debemos y podemos conseguir que España esté a la cabeza de esos países europeos que caminan hacia su unidad para ofrecer al mundo un proyecto, un destino común. En eso confío en este día. A eso animo a todos los ciudadanos, a todos los pueblos de España, a todos los sectores sociales, económicos y culturales de España. Estoy seguro que el desafío va a ser superado por España. Muchas gracias".

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