Los acusados del asesinato del sacerdote Popieluszko dicen haber recibido la orden "de muy alto"
Uno de los cuatro acusados por el asesinato del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, el teniente Leszek Pekala, ratificó ayer, en la primera sesión del juicio que se celebra en Torun, sus declaraciones anteriores contenidas en el acta de acusación, según las cuales la orden de dar muerte al religioso "había venido de muy alto", a lo que añadió que se les habían dado garantías de que el crimen nunca se conocería, por lo que "no tenían nada que temer, sino que, al contrario, serían recompensados".Según el acta, Pekala y el también teniente Waldemar Chmielewski, habían afirmado en los interrogatorios que su capitán, Grzegorz Piotrowski, que está acusado junto a ellos, les había dado garantías contra el riesgo que corrían al dar muerte al sacerdote. Por su parte, este último había desmentido a sus interrogadores que hubiera dado tales garantías y añadió que "había actuado por propia iniciativa a causa de su frustración personal ante la falta de éxito de la lucha contra las actividades contrarias a los intereses del Estado de una parte de los sacerdotes polacos.
El cuarto acusado es el superior de los tres anteriores, coronel Adam Pietruszka, alto funcionario del Ministerio del Interior, para el que trabajaban los tres presuntos autores materiales del asesinato. Popieluszko fue estrangulado y arrojado al río Vístula el pasado 19 de octubre. El padre Popieluszko se había distinguido desde la aparición del sindicato Solidaridad como uno de los más virulentos enemigos del régimen comunista, al que atacaba desde el púlpito de su parroquia.
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