El Real Madrid acarició el triunfo en Tel Aviv

ENVIADO ESPECIALEl Real Madrid acarició el éxito de una victoria en Tel Aviv. Iba para vencedor a falta de un minuto y había mostrado un gran nivel durante toda la primera parte. Perdió, sin embargo, ante un Maccabi que cuenta con valores naturales de gran calibre. El Real Madrid aplicó la razón, y su juego fue esperanzador si se repite en futuras ocasiones. A pesar del varapalo de dos derrotas a domicilio, el Real Madrid de ayer puede aspirar a la final de la Copa de Europa. Su discurso valió la pena y el público de Tel Aviv lo agradeció.

La primera parte resultó una ejecución perfecta de un sistema de juego. Tuvo la belleza del baloncesto bien hecho, armonioso racional, pero no gris ni monótono ni aburrido. Pronto el juego de Johnson apareció como la amenaza que era. Sus saltos, su estilizada figura negra y su limpieza en el lanzamiento a la canasta.

Pero el Real Madrid dejó en esa lección parcial buenas jugadas. Movieron el balón, jugaron para que Martín burlara a Maggee y consiguiera canastas aparentemente fáciles. El Madrid llevó el mando en el marcador con una tranquilidad pasmosa. Se mantuvo en un 18-24 a falta de 11 minutos, se contuvo en un 23-30 a falta de 8 y no se inmutó porque el rival adquiriera su primera diferencia (37-36) cerca de 4 minutos para el descanso. Al intermedio llegaron con el deber cumplido (49-52).

Llega el primer calvario. Sáinz había cambiado los marcajes de Martín y Robinson para que aquél no se despidiera temprano del juego. Martín tomó a Maggee y Robinson, perfecto, anuló a Johnson, una vez que había moderado a Kevin en la primera parte, un jugador que al negro del Real Madrid siempre le ha venido bien. Aroesti, el base del Macabi, acertó en los lanzamientos y el equipo local pareció querer poner orden. Martín se coloca en cuatro personales y Romay sale para que le piten otras cuatro en cuatro minutos. Martín tiene que regresar de nuevo, los colegiados anulan una canasta psicológica de Corbalán en un contraataque y la mesa empieza a descontar segundos por su cuenta. Estaba previsto y por eso Pedro Antonio Martín, el delegado de Baloncesto, sabía previamente que tenía que hablar al final del encuentro con el delegado de la FIBA, un hombre educado, para que le contase los minutos de menos que se habían jugado. "Al menos así me iré sabiendo por cuánto me han engañado", manifestó dos horas antes del partido. El Maccabi se colocó 80-70 a falta de nueve minutos.

Iturriaga estaba realizando el partido del año en defensa y en ataque, pero inesperadamente Jackson vivía su peor actuación de la temporada. Cinco lanzamientos consecutivos muy imperfectos obligaron a Sáinz a sacar a Rullán. La cabeza de Corbalán seguía tan fría que en la cancha el Real Madrid conservaba un esquema de juego todavía solvente, porque la prueba es que, un minuto después, el marcador estaba en 80-78.

Berkowitz estaba enfermo pero se sostenía bien de pie para anotar tiros libres. Iturriaga hacía de todo, y el conjunto madridista enfocaba el juego a su manera para llegar a un final en el que la solución puede estar en el terreno del cara o cruz. Exactamente a falta e 1.05 minutos llegó el empate a 97. A falta de 35 segundos para la finalización del partido, 99-97 y balón en las manos de Corbalán, la pelota fluctuó y llegó hasta Romay en un pase por bajo. Fue un error y perdió la pelota y ganó el Maccabi.

En los restantes partidos se dieron los éstos resultados: Banco de Roma, 74; CSKA de Moscú, 71 (47-35). Granarolo Bolonia, 81; Cibona de Zagrez, 72 (42-35). Tras jugarse las dos primeras jornadas, la clasificación queda como sigue: 1º Maccabi, 4 puntos; 2º CSKA Moscú, 3 puntos; 3º Banco de Roma, 3 puntos; 4º Cibona Zagreb, 3 puntos; 5º Granarolo Bolonia, 3 puntos; 6º Real Madrid, 2 puntos.