Vacunarse a tiempo
Prevenir las enfermedades infantiles, el mejor seguro de vida para el adulto
Ahora es el momento de revisar la cartilla de vacunación y ponerla al día en el caso de que el niño no esté vacunado contra la tos ferina, difteria, poliomielitis, tétanos, paperas, sarampión y rubéola. No hay que olvidar que los colegios son el principal foco de propagación de las enfermedades infecciosas que afectan a los niños y éstas, aun en los casos de las consideradas benignas, pueden tener graves complicaciones.Con las vacunas se provoca la inmunidad del organismo sin padecer la enfermedad. Una sustancia elaborada con los virus o bacterias causantes de la infección estimula el sistema inmune para que produzca los anticuerpos. La primera vacuna que se administra al niño es la llamada trifásica; se realiza con tres dosis inyectables a los tres meses de vida, a los cinco y a los siete. Se combinan en ella las vacunas contra difteria, tos ferina, tétanos y polio. Para esta última dolencia y para el tétanos se repite una dosis de recuerdo a los 18 meses, a los seis años y a los 14.
Las campañas de vacunación son una pieza clave en la medicina preventiva. Con ellas se han erradicado algunas de las enfermedades de origen infeccioso, que se contagian con gran rapidez. Pero en ocasiones se las rechaza por el temor a las secuelas que algunas vacunas pueden llegar a tener.
Esto ha ocurrido con la tos ferina, olvidándose que es más peligrosa la enfermedad -llega a producir la muerte- que su inmunización. Prácticamente había desaparecido en los países europeos, hasta que a mediados de los años setenta se conocieron los resultados de una investigación que relacionaba la vacuna a un niño de cada tres y, simultáneamente, se produjo el brote epidémico más grave desde los años cincuenta. Esta enfermedad, producida por una bacteria, se propaga mediante gotitas expulsadas al aire por los niños infectados.
Rubéola
Se está extendiendo la vacunación contra la rubéola -también llamada sarampión alemán o sarampión de los tres días- a las niñas de más de 11 años, por las graves secuelas que esta enfermedad tiene cuando se contrae durante el embarazo. Es uno de los casos en los que se indica el aborto terapéutico, ya que cuando se contagian las gestantes en los tres primeros meses de embarazo hay un 25% de casos con malformaciones en el niño, pero este porcentaje sube hasta un 60% cuanto más avanza la gestación.
La vacunación está indicada también en mujeres adultas que no hayan pasado la rubéola en su infancia, pero hay que tener cuidado para evitar los embarazos unos meses después de la vacuna. Se contagia por contacto directo, y se manifiesta con una erupción similar a la del sarampión, malestar general y dolores articulares. En ocasiones es necesario hacer un análisis de sangre para confirmar el diagnóstico, ya que es muy fácil confundirla con otras enfermedades, pero la mejor forma de prevenirla es vacunando a las niñas que inician la pubertad.
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