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Frederic Rahola

El ex delegado de Josep Tarradellas en Cataluña es el primer defensor del pueblo de una comunidad autónoma

Enric Company

Frederic Rahola d'Espona, que inicia la andadura como síndic de greuges -el primer defensor de¡ pueblo de una comunidad autónoma-, es un exponente dé un tipo de catalán cada vez más excepcional. De una familia de Cadaqués y Roses, en el Empordá (Gerona), nació en el Ensanche de Barcelona en 1914 y es hijo de uno de los muchos Raholas que siglo tras siglo desde 1543, según consta documentalmente, han partido del pueblo natal para buscar fortuna en cualquier parte del mundo. La suya es una de las sagas más representativas de la clase media catalana y catalanista.

La genealogía de los Rahola es tan antigua que en ella hay de todo Raholas hubo que en los siglos X VIII y XIX hicieron la aventura d América: Cuba, Argentina, Puerto Rico. Entre los que se quedaron hubo pescadores, navegantes y navieros; otros fueron ingenieros y crearon una compañía de ferrocarril o hicieron construir la carretera a Cadaqués. a tuvieron viñedos y exportaron vinos a Francia, funda ron diarios en Geronao fueran médicos municipales en Barcelona.Algunos de ellos fueron personajes en el primer tercio del novecientos catalán, cuando Barcelona concentró en su Ensanche la energía humana de todas las comarcas catalanas y la savia económica que venía de los negocios de dentro y de fuera de Cataluña y, de España: dirigentes de la Lliga Regionalista secretarios generales del Fomento del Trabajo, concejales, diputados, senadores, ministros. Fundadores de Acció Catalana y militantes de Esquerra Republicana.

En aquel Ensanche, del que casi sólo queda la cuadrícula y algunos edificios modernistas, nació el ahora primer síndic de greuges. En la calle Diputación. "Estudié en la escuela Blanquerna, y mi gran amigo fue Alexandre Cirici (crítico de arte y político socialista ya fallecido). Luego cursó Derecho en la Universidad Autónoma". Es decir, educación catalana, como corresponde a un vástago de protagonistas de la Renaixenga. Y a sus 21 años, el 19 de julio de 1936, estaba en el despacho de Lluís Companys, en el palacio de la Generalitat Con él hizo de secretario durante una seinana, porque el titular de la secretaría desapareció.

Aquel día conoció a Jose p Tarradellas, de quien fue también secretario durante la guerra civil. "Yo era joven", dice como quien se disculpa, "y lo admiré mucho, porque era muy activo, imaginativo, ordenado y con dotes de mando, 17 esas cualidades destacaban muclio en aquel caos. Sin él, la guerra se hubiera perdido antes en Cataluña".

Estuvo también en el frente en Teruel. "Ya de retirada", cuenta, "llegué a tener formado ante: mí un piquete de ejecución, en Puigcerdá". "Un lío trágico, por haber ayudado a pasar la frontera a un coronel, Galán, que era hermano, del famoso capitán de la sublevación republicana de Jaca", dice.

De regreso del exilio, en 1942, se libró de un proceso por responsabilidades políticas porque el gobernador civil de Barcelona, Correa Véglison, dijo que no quería "más follones con Raholas". Uno, Carles, había sido fusilado en Gerona. Con su cuñado Jaume Vicens Vives creó Editorial Teide. Con él fue adjunto de cátedra. "Pagué de mi bolsillo a profesores de catalán cuando Omnium Cultural aún no existía" y posteriormente fue de los que financiaron la sociedad para la defensa del catalán Omnium Cultural, durante la travesía del franquismo. Y fue el hombre de Tarradellas, su delegado en el interior desde 1975, cuando el exiliado de Saint Martin le Beau, tras el 20-N y el 15-J de 1977, se convirtió de pronto- en un personaje decisivo.

Sin embargo, plantó a Tarradellas en 1978 -"porque yo no estoy para calentar sillas", señalacuando éste hizo caso omiso de sus propuestas como conseller de Gobernación en la Generalitat provisional. Rahola pretendía eliminar de facto las diputaciones provinciales, "para lo que obtuve el acuerdo de los presidentes de todas ellas menos -el de la de Barcelona, de la que era presidente el propio Tarradellas".

Uno más entre siete hermanos, Rahola tiene cinco hijos y ocho nietos, "pero no soy del Opus", bromea. "Ni masón; y no es porque no me lo propusieran", añade. "Quien sí lo fue era mi suegro, Jaume Aiguadé, el aicalde republicano de Barcelona, pero a mi eso no me gusta".

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