El Innsbruck no fue un fiscal serio para el Madrid
Sé respiraba en la sala un ambiente de culpabilidad. Algunos, demasiados, habían sentado en el banquillo a los jugadores madridistas, como a los del resto de los equipos españoles, por defender unas reivindicaciones que consideran justas. El delito, pues, parecía evidente: eran huelguistas. Directiva y jugadores ya habían lanzaldo sus primeras tesis defensivas. Aquélla, al no cobrar a socios y abonados para entrar en el Bernabiéu. Éstos, renunciando a 250.ÓOO pesetas de prima. Comenzó el juicio con el jurado -55.000 espectadores- dividido: más pitos que aplausos. A los dos minutos, Michel, con su gol, presentó la primera prueba válida de la defensa. A los seis, Santillana, la segunda. Al final, el veredicto fue claro: ovación a los madridistas por su buen juego. Un flojo fiscal, el Wacker Innsbruck austríaco, había contribuido al fallo: inocentes. Pero, en realidad, ¿de qué?Los aficionados acudieron en menor medida de lo normal, como ha ocurrido en otros casos similares. Pero los que desertaron ayer y lo harán en las próximas dos o tres semanas volverán bajo el influjo de la pasión por el fútbol.
Anoche, los que acudieron vibraron con los goles de su equipo, la conducción de Lozano, las ganas de Juanito, la sobriedad de Santillana y Stielike y la quinta velocidad del Buitre, en su gol de relámpago, o se llevaron las manos a la cabeza cuando Michel se empeñaba en fallar hasta cinco claras ocasiones o se animaron con los tantos del Athlétic, del Betis, de¡ Valladolid y del... Metz ante el Barcelona. Todo, pues, clásico en el estadio Bernabéu.
El Wacker Innsbruck remató a puerta tres veces: en un débil cabezazo de Koreiman en el minuto 38, en un tiro desviado de Roscher y en el gol anulado a Spielman. Sus argumentos resultaron escasamente convincentes ante un Madrid con ganas al que le falló la mala noche en la culminación de Michel y le sobraron algunas acciones de lujo. Lozano y Juanito se movieron con libertad, sin un marcaje rígido en el desvaído centro del campo rival. La goleada pudo resultar de escándalo europeo. La huelga, no le sentó bien al Innsbruck.
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