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Pedro Muñoz y Kelly,se juegan la Volta en una contra reloj de 18 kilómetros

¿Pedro Muñoz o Sean Kelly? Separados en la clasificación general por tan sólo 19 segundos, se lo jugarán todo hoy sobre un trayecto desigual de 18.400 metros. Lucharán en solitario, con la única ayuda de sus fuerzas y de sus bicicletas y deberán estar atentos a lo que puedan hacer sus más directos rivales, Ángel Arroyo y Alberto Fernández. La Volta Ciclista a Catalunya se decide en la contra reloj. Ayer, en la penúltima etapa, disputada entre Planoles y Llançà, de 179 kilómetros de recorrido, el triunfo fue para el suizo, Serge Demierre (Alfa-Lum), que se impuso en el sprint a José Luís Laguía (Reynolds). Ambos protagonizaron una escapada de 140 kilómetros.

A Eddy Merckx, el gran campeón belga, le llamaban el caníbal. No soportaba perder, se lo comía todo. El irlandés Sean Kelly no llega a los extremos de Merckx, pero, tampoco desprecia ninguna victoria. Su ambición y su calidad le han colocado a la cabeza del Superprestigio -lo tiene prácticamente ganado-, una clasificación por puntos que premia al ciclista más regular durante toda la temporada. Ahora también quiere la Volta y lo demuestra el hecho de que ayer hasta luchó por el tercer puesto de la etapa y disputó el sprint del pelotón. Otro, en su lugar, no hubiera arríesgado tanto. Pero Kelly es así.

El jersei misterioso

"Será difícil, muy difícil". Es lo único que se le puede sacar a Muñoz. El ciclista de Olot ya no se acuerda de que el día 20 deberá pasar por Magistratura de Trabajo, donde se dilucidará su contencioso con el equipo Zor. Tampoco pasa por su mente el mes que le resta de sanción por doping. Sólo piensa en la contra reloj y en Kelly. Su triunfo final no es imposible, y además cuenta con un factor psicológico: lleva el jersei de líder. No es una perogrullada, pero hay una fuerza misteriosa que impulsa al que lo lleva cuando debe jugarse el todo por el todo. Ese jersei dió alas al francés Eric Caritoux, compañero de Kelly, en la pasada Vuelta a España, y en una contra reloj similar. El perjudicado fue Alberto Fernández.Si la organización respeta el horario, Muñoz comenzará a rodar alrededor de las 10 de la mañana Deberá cubrir cuatro kilómetros completamente llanos, y después subir una pequeña pendiente de un kilómetro y medio, con su correspondiente descenso. A partir del kilómetro 11 iniciará un fuerte ascenso de 7,4 kilómetros, de un desnivel medio del 6,5% y una pendiente máxima del 10%. A 530 metros de altitud cruzará la línea de meta. Después, el extasis o el tormento. Teóricamente Kelly -saldrá dos minutos antes- deberá esperarle allí para cantar su triunfo o beber la bilis de su derrotra, durante los 116 kilómetros que separan a Llançà y Gerona, segundo sector de la etapa, y final de la 64ª edición de la Volta.

Él catalán José Luís Laguía supo ayer lo que era beber esa bilis. Su compañero Pedro Delgado, lejos de su mejor forma, la conoció el día anterior cuando entró fuera de control en la ascención al Puigmal. Laguía y su director, José Miguel Echávarri, sabían que ayer era la fiesta nacional de Cataluña, nada mejor que celebrarlo con un triunfo muy rentable en el aspecto publicitario. Por eso, ciclista y director decidieron emprender una aventura de 140 kilómetros con sus respectivos medios mecánicos, bicicleta y coche. El suizo Demierre, recientemente fichado por el Alfa-Lum de San Marino, que capitanea Marino Lejarreta, les acompañó en su largo caminar.

Al principio, Demierre ni tiraba. Después, por indicaciones de su director, Primo Franchini -pasaba de todo y no se preocupó de las diferencias de tiempo-, empezó a colaborar en la escapada. Su acopio de energías le fue bien en Llançà, donde subió al podio y aguó la fiesta a los Reynolds.

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