Alfonso Gutiérrez, un corredor modesto, gana una etapa en la que nadie quiso arriesgar
ENVIADO ESPECIALNadie quiso arriesgar y por eso el triunfo fue para un modesto, Alfonso Gutiérrez, del Teka, que superó en el sprint final al italiano Giuseppe Martinelli. Tras ellos, el pelotón con todos los grandes especialistas en llegadas masivas y el líder, Jesús Blanco Villar. Fue una etapa con dos grandes protagonistas: José Recio, del Kelme, que corrió inútilmente en solitario durante más de 100 kilómetros, y la lluvia, que provocó algunas caídas y abandonos.
Ayer no hubo caos en la línea de meta ni corredores perdidos ni despistes. en los jueces, aunque para ellos sumar tiempos es como resolver un difícil problema de álgebra. El público se quedó en casa, viendo los últimos kilómetros por televisión, y alivió problemas a los organizadores, que hasta supieron hacer funcionar el servicio de Radio Volta (emitían en una frecuencia distinta a los receptores). Y todo gracias a la lluvia, que convirtió la etapa en una prueba de patinaje que casi debería calificarse de artístico porque los ciclistas se vieron obligados a hacer malabarismos con sus máquinas para evitar las caídas.
Recio, uno de esos artistas, quiso rizar el rizo. El último vencedor de la Volta, quemado por la pérdida de más de dos minutos en la primera etapa, intentó trabajar sin red y no pudo evitar la caída. "Le he dado total libertad de acción. Como ya ha perdido dos minutos, no importa que acumule cuatro más. Pero está fuerte y muypicado. Va como un miura", decía sin convicción Rafael Carrasco, director de Kelme, a los pocos minutos de que su corredor se lanzara en solitario por las primeras rampas del puerto del Ordal.
Recio llegó a tener más de ocho minutos de ventaja sobre un pelotón tranquilo, seguro de sus fuerzas y de que iba a cazar, tarde o temprano, al suicida. El corredor del Kelme corrió él solito más de 100 kilómetros y ni siquiera tuvo la compensación publicitaria de que las cámaras de televisión transmitieran su esfuerzo en directo. Primero le alcanzó Jesús Guzmán, del Dormilón, y luego el pelotón. La escapada de Recio sólo sirvió para avivar el ritmo de una etapa que debía ser tranquila y que se convirtió en una flagelación constante para sus protagonistas por culpa de la lluvia. Algunos de ellos prefirieron la comodidad relativa de los coches y optaron por el abandono. Estos últimos, limpios y aseados, recibieron a sus compañeros en la meta de Tarragona, donde quizá nunca se habían congregado tantos artistas con un maquillaje tan natural como el barro.
Alfonso Gutiérrez, que es un buen sprinter, venció en Tarragona porque Kelly y Van Holen quisieron preservar su físico. Y es que todavía quedan muchas etapas en esta Volta. Hoy se disputa la tercera, entre Tarragona y Tárrega, sobre la distancia de 186 kilómetros. En esta última población ilerdense quizá los organizadores hayan pasado su reválida y la pancarta indicativa de los últimos 10 kilómetros sea real y no se incremente en 10 más como en Tarragona. De momento esta Volta "es una de las carreras peor organizadas que he visto en mi vida", según la opinión del director técnico del Teka, José Antonio González Linares, que mantiene a Blanco Villar como líder.
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