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En Madrid, cada uno en su sitio

En los Juegos Olímpicos de Los Angeles se establecieron once récords mundiales. En los Juegos de la Amistad de Moscú, cinco. No se ha tratado de dos competiciones paralelas en busca de ver quiénes eran los que lograban la victoria, comparando las marcas, porque el deporte no puede ser una lucha contra el reloj, sino la búsqueda del triunfo a través de la rivalidad.

Ni los nadadores de Estados Unidos ni las nadadoras de la República Democrática Alemana tenían que demostrar que eran las mejores en competiciones distintas. Pero son amores que se odian y, a la vez, se necesitan, aunque, en este caso, los intereses de la RDA han podido estar representados por la Unión Soviética, que era la que deseaba el éxito de Amistad-84 para evidenciar que en los Juegos Olímpicos no estuvieron todos los mejores.

La natación de los Juegos de la Amistad no ha tenido el nivel esperado. Pero la URSS y Bulgaria han probado que están en alza, que algún día tendrán algo que decir ante EE UU y la RDA. En los próximos campeonatos del mundo, en Madrid, dispondrán de la oportunidad de medirse todos contra todos. Los boicoteos, de momento, no han rebasado los límites olímpicos. En los mundiales, cada uno estará en su sitio.

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