Documento antibelicista

Tres directores se hicieron cargo de esta producción británica de Alexander Korda realizada como consecuencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Fueron numerosas las películas, tanto del Eje como de los aliados, en las que, a través de una historieta generalmente de escasa valía, se propagaba el espíritu patriótico, la justificación de una guerra que, lógicamente, acarrearía nuevas glorias para los ejércitos locales; en ocasiones, tenían una variante: la guerra era inevitable como consecuencia de la maldad del enemigo.El león tiene alas, que no fue estrenada en España, tiene una estructura de docudrama, según los escasos resúmenes argumentales publicados hasta hoy: no figura en las selecciones de los mejores filmes británicos, aunque sí aparece clasificada con altas puntuaciones. Graham Greene incluso, perfiló alguna frase a propósito del filme: "Como una declaración de guerra, uno siente que abandona este mundo o confiando volver a él". Adquirida hace años por TVE, se exhibe en agosto, cuando la exigencia de filmes en la sobremesa de los sábados parece decaer.

De entre los tres directores, Michael Powell es el más conocido, por su participación en El ladrón de Bagdad, Las zapatillas rojas, Los cuentos de Hoffimann o Luna de miel, títulos que se incluyen en el género fantástico y que, por lo tanto, se alejan de la militancia bélica del que hoy se exhibe. Por su parte, Brian Desmond Hurst, ayudante de John Ford, tuvo una filmografía más breve y sin títulos especialmente destacables, mientras que Adrian Brunel, el tercer director, asociado con Leslie Howard, para quien dirigió El regreso de la Pimpinela escarlata, interrumpió su breve trayectoria profesional en 1939, poco después del rodaje de El león tiene alas.

En el reparto, un buen número de actores británicos, entre los que destacan Ralph Richardson, Merle Oberon y Flora Robson.