_
_
_
_
Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El arte de la pregunta

Juan Cruz

"Pero yo no creo que eso sea una genialidad".-"A mí sí me lo parece".

Lina Morgan había recordado una frase suya -"un pueblo que no se ríe no progresa"- porque el entrevistador, Pablo Lizcano, se la había recordado al inicio del programa Autorretrato, que se emitió en la noche del pasado domingo. La actriz consideraba que la suya no era una idea genial, que cualquiera, podía haberla dicho y que no merecía la pena recibir flores por semejante trivialidad. Pausadamente, como si hubiera visto en el aire la oportunidad de esa réplica, Pablo Lizcano le confió a la asustada compañera de diálogo: "A mí sí me lo parece".

Con esa frase se puede ganar una guerra, y Lizcano ganó la suya. En aquel decorado azucaroso, funcionó como la llave del interrogatorio, y Lina Morgan que se había sentado con las manos tensas, con 46 años y con el cigarrillo a media distancia, se relajó y se sometió como una chica de 15 años a la dictadura blanda de las preguntas del entrevistador. Todo, claro, fue sobre ruedas, y Lina apareció en la pantalla como un ser humano al que los focos no le hacen olvidar el bosque.

No es abundante esa forma de respeto al contertulio en los grandes espacios de Televisión Española, pero hay algunas zonas, como esta de Autorretrato o la del Estudio directo, de José María Iñigo, en las que el castigado telespectador de Superstar, Un, dos, tres u otros similares, en los que el ridículo es el pozo más habitual en el que caen entrevistados y espectadores, se siente de nuevo como un ciudadano al que se le mira a los ojos para confirmarle que incluso las ideas triviales parecen dignas de tenerse en cuenta.

La llave de Lizcano

Tuvo suerte Rovira Beleta, el director de No encontré rosas para mi madre, que se emitía en la segunda cadena, al tener como competidores en el primer canal a Pablo Lizcano y a Lina Morgan, porque a la tensa situación mal resuelta del filme de Rovira se le oponía en el otro lado una especie de paraíso sin puntas en el que floreció el temible arte de la pregunta. Funcionó la llave de Lizcano y el telespectador -el tele-evidente, diría Lina Morgan- se quedó allí, sobre el césped del interrogatorio, como si estuviera con su familia del campo, hasta cuando ellos quisieran.

Es un arte difícil el de preguntar en un medio cuyos focos apisonan de tal manera la imagen y la personalidad de los invitados. El rescate de Autorretrato, que vivía en letargo de la programación de tarde, y que ahora puede verse en una hora primordial de la noche del domingo, da al telespectador esa oportunidad casi anglosajona de sentirse inteligente delante de una caja reputada habitualmente de rectángulo tonto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_