La última fiesta de la gimnasia volvió, a ser rumana
J. J. F., La gimnasia femenina norteamericana, basada casi exclusivamente en Mary Lou Retton y Julianne McNamara, no pudo despedir los éxitos de su país con más triunfo que el compartido por la segunda con la china Ma Yanhong en las barras asimétricas. Ekaterina Szabo no se dejó sorprender esta vez, como en el concurso general individual, y dominó ampliamente los tres restantes aparatos. Mary Lou Retton, quizá demasiado relajada tras su éxito del viernes, cometió ligeros fallos en cada ocasión, que la alejaron de toda posibilidad de sumar alguna medalla de oro más. Se tuvo que conformar con una de plata, en salto, y dos de bronce, en asimétricas y suelo.
El concurso por apai átos se inició precisamente con el salto, donde Retton y Szabo comenzaban igualadas, ambas con 9,95. La norteamericana no clavó su primer tsukahara en la salida, la que le supuso un 9,80 solamente, y aunque sí logró un 10 en el segundo salto, no le bastó la inedia de 9,90. Szabo, con 9,90 y 9,95, sin tanta perfección en la coordinación del cuerpo en el giro, sumó 9,925 y su primera medalla de oro de la tarde. La gran decepción rumana, Lavinia Agache, obtuvo aquí su única medalla de bronce. Repescada para las asimétricas, pues sólo se había clasificado para el salto después de sus fallos repetidos en el concurso general, incluso se cayó y acabó llorando su fracaso.
La única alegía norteamericana, y suya personal en uno de los dos aparatos que sí comina, fue precisamente en las asimétricas. Julianne McNamara sí pudo abrazar a Karoly tras el 10 que le permitía igualar a, la china Ma Yanhong, otra gran especialista, y ganar su único título. Mary Lou, con su salida Comaneci desde la barraalta, pero pasando poi encima de la baja, cometió un pequeño error en uno de los cambios y se quedó en 9,95. Fue bronce.
En la barra de equilibrios, Szabo hizo un ejercicio mucho más bonito que su compatriota Pauca, que le sacaba cinco centésimas en el aparato, y con 9,95, tras clavar un espléndido doble niortal atrás de salida, igualó para el oro, lo que suponía su segundo título.
En suelo, la fiesta que se esperaba con las dos nortearriericanas en primer lugar no se produjo. McNamara Llegaba con 9,95 y sacó su quinto 10, con un ejercicio quizá demasiado puntuado, pero magnífico. Retton, que tenía 9,925, se salió del tapiz en la primera diagonal de las suyas, irapresionantes, y del 10 se tuvo que conformar con un 9,85 para ganar el bronce. El oro, tras partir con 9,975, iba a ser con Ekaterina Szabo, que cerraba la reunión. Cometió dos fallos al final de las diagonales, no demasiado importantes, pero que debieron impedirle el 10. Pero al habérselo dado ya demasiado hinchado a McNamara, no se lo negaron a la rumana, que logró así su tercera medalla de oro.
El concurso, como había empezado con los hombres con dieces exagerados y notas injustas, terminaba igual. Pero con la diferencia de que por el medio ya había quedado el triunfo americano y no hacía falta dejar claro que sólo se había favorecido al anfitrión.
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