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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

El australiano Sieben lo deja a Gross sin su prevista tercera medalla de oro

ENVIADO ESPECIAL, El gigante alemán Michael Gross no pudo ganar su tercera medalla de oro en los 200 metros mariposa. El australiano John Sieben dio la gran sorpresa de la natación olímpica y no sólo se impuso, con unos 50 últimos metros impresionantes, sino que le quitó al germano, por una centésima de segundo, su récord del mundo. Sieben mejoró su marca en el casi increíble tiempo de cuatro segundos. En la comparación, podría asemejarse a un Beamon de las aguas. Estados Unidos ganó las cuatro pruebas restantes del día, según estaba previsto, y la fondista Tiffany Cohen, ya vencedora de los 400, fue la única mujer que consiguió acercarse a un récord mundial, a 33 centésimas de segundo del de 800, en posesión de la australiana Tracey Wickham.

Carey, aunque no batió tampoco su plusmarca de 100 espalda, no se enfadó esta vez al lograr su segunda medalla de oro. El español Aldabe fue quinto en la final de consolación, pero no volvió a batir su récord de España, establecido por la mañana en las series. Harri Garmendia, en cambio, mejor que en la sesión matinal, sí superó la plusmarca nacionalcon 2.01.82. Hoy nadará los 200 estilos, mientras Rafael Escalas intentará resarcirse en la consolación de los 1.500 libres de su fracaso de ayer.La natación suele ser un deporte sin sorpresas. Incluso se anuncian los récords mundiales y, dentro del continuo avance de este deporte contra el cro nómetro, las mejoras son mesuradas. Por todo ello, que se supere una plusmarca por más de cuatro segundos y que no sea por el póseedor de la mejor marca anterior o por alguno de los siguientes nadadores acreditados resulta casi asombroso. Y no fue Estados Unidos esta vez el que derrotó a todos y al que parecía imbatible Gross. Para él sí fue el black friday, el viernes negro que se anunciaba para el tráfico. Y le vino de Oceanía por la calle seis, cuando esperaba, como mucho, problemas de las dos que rodeaban su número cuatro del mejor tiempo matinal: la cinco, del venezolano Vidal, y la tres, del decepcionante cubano-norteamericano Pablo Morales.

La natación australiana, que venía anunciando su nueva pujanza, dio su mejor nota con el triunfo de John Sieben en los 200 mariposa. El primer nadador de este país que vence en esta prueba olímpica desde los Juegos de Tokio-64 reconoció que había pensado en una medalla tras hacer el cuarto tiempo por la mañana (1.59.63), pero nunca en ganar.

Sieben, de 1,75 metros y 66 kilos, cumplirá los 18 años este mes. Al bajar de los dos minutos en la serie previa, mejoró su mar ca personal (2.01.17, este año) en casi dos segundos. Sieben es un nadador de saltos tremendos, como los del propio estilo que practica. De sus comienzos en 1981, con 2.12.47, pasó a ser ter cero de los Juegos de la Commonwealth, en Brisbane-82, con 2.01.24. En 100 metros tiene 55.26 como mejor marca en 1983, pero no ha participado aquí, en Los Ángeles.

Gross, con sus impresionantes 2,01 metros, salió ya en cabeza. Sólo al lanzarse al agua es como si se botara un superpetrolero contra simples vapores de bajura. Pero esta vez le iba a fallar la potencia final para mover tanta eslora. De atr ás estaba a punto de llegar un offshore, el equivalente a los Fórmula 1 en la motonáutica.

Gross, no obstante, pasó los primeros 50 metros en 26.28, mucho más rápido que en la serie matinal, en la que con 1.58.72 no se acercó demasiado. a su récord mundial de 1.57.05. Tras él viraron Morales y Vidal. Sieben era sólo quinto y nadie podía pensar lo que iba a suceder. Ni el más acérrimo hincha australiano hubiese sido capaz de apostar por él.

El alemán, de todas formas, pasó también los 100 metros más lento que en su récord del. mundo (56.17 contra 55.96), con Vidal segundo y Morales tercero. Sieben, peor aún, había bajado al séptimo y penúltimo puesto.

Pero lo increíble estaba, en camino. Gross hizo los 150 metros en 1.26.01, siempre claramente por delante de Vidal, 1.26.87, y Morales, 1.26.99. Sieben había subido al cuarto lugar, aunque todavía a más diferencia, 1.79, de Gross.

La explosión

Los 50 los había pasado a 1.89 y los 100 a 1.62. Lo que sucedió en el último largo de piscina sólo puede explicarse como una explosión tipo Beamon en el salto de longitud de México-68. Sieben nadó los 50 metros finales más rápidos de la historia del 200 mariposa: 29.24, por 31.39 de Gross, lentísimo, vigilando a sus dos rivales de al lado: 30.64 de Vidal y 30.76 de Morales.

El australiano no sólo ganó, sino que hizo una centésima menos que el récord mundial, 1.57.05, en. poder del alemán. La asombrosa tacada completa se había consumado. Desde sus 2.01.17. de este año, 4 segundos y 13 centésimas de mejora.

Más triunfos de EE UU

El resto de la jornada fue el acostumbrado paseo norteamericano. Además del triunfo en los 100 metros espalda de Rick Carey, al fin brillaron las mujeres. El extraño recordman mundial de espalda, que saluda siempre con sus guantes negros impermeables, como Steve Lundquist, no se enfadó esta vez como el día del 200, pese a hacer nuevamente peor tiempo que en la serie (55.79 por 55.74). Pero la realídad es que la plusmarca del hectómetro está ya mucho más cara y difícil de superar.

Que se lo digan a las mujeres, en general, aunque ayer sí hubo estrellas: Tracy Caulkins y Tiffany Cohen. La primera obtuvo su segunda medalla de oro, en los 200 metros estilos, y la segunda estuvo a 33 centésimas (8.24.95 por 8..24.62) de la plusmarca mundial de la australiana Wickham.

Tracy Caulkins hizo una carrera que le hubiera supuesto, quizá, la plata tras una de las dos alemanas orientales ausentes. Hizo 2.12.641 a 91 centé simas del récord mundial. Más flojo estuvo el tiempo estadounidense del relevo (4.08.34), lejos del récord olímpico de Moscú (4.06.67) y aún más del mundial (4.05.79).

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